¡Hemos Abortado!

November 29, 2021
Columna
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Aborto Revista Level
AP News

El año anterior cerró con una noticia controversial para latinoamérica, Argentina establece el derecho al aborto gratuito y asistido médicamente, por ley del 30 de diciembre de 2020.  


En algunos países de Latinoamérica el aborto es legal sin ninguna restricción,  en Uruguay,Cuba,Guyana,Guyana Francesa y Puerto Rico. En otras naciones está estrictamente prohibido y en algunas, es despenalizado bajo ciertas causales, según lo indique la ley de cada país. 


Pero esta noticia no cayó muy bien entre su detractores y generó un sin fin de opiniones, no solo en Argentina, sino en los demás países de la región, donde se rasgan las vestiduras tanto hombres como mujeres incriminando de asesinas a quienes han manifestado apoyo a la decisión Argentina sobre el derecho al aborto.  


Entre los multiples comentarios que pude ver, me llamó la atención uno en particular, y fue de una mujer que decía que las feministas piden aborto gratuito porque no son capaces de criar un hijo. Sin embargo, la realidad es que muchas de las feministas que se han volcado a las calles a lo largo de los  años, desde tiempos inmemorables exigiendo y velando por los derechos de las mujeres que hoy día gozamos, fueron y son madres. 


La capacidad de criar o no a un hijo es hasta cierto punto subjetiva, y por tanto, no podemos juzgar la manera en que cada mujer lo hace.  Lo que hace este comentario es entonces deslegitimar la lucha por el aborto con argumentos sin ningún tipo de solidez. 


Argumentos en los que resaltan “la irresponsabilidad” de la mujer, la promiscuidad, la inmoralidad y sí, el pecado. Porque estas opiniones y juicios tienen en su mayoría una base fundamental: la religión. En Estados democráticos, las leyes deben separarse de la religión y tener como base los derechos humanos y no ser el resultado de las creencias de un grupo en particular. No es posible que en pleno siglo XXI sigamos permitiendo que la iglesia dictamine el orden e influya en las leyes. 


Los abortos han existido siempre, y muchos casos las mujeres tienen que hacerlo clandestinamente y corren el riesgo de perder su vida. Ha sucedido en todas las clases sociales, y por distintos motivos, cada mujer tiene su propio argumento y sabrá porqué lo hace, ninguna mujer debería explicar o justificar su decisión; es su cuerpo y tiene el derecho a decidir sobre él. Creo que es absurdo que exista la despenalización según unas causales limitadas como en Colombia, donde las mujeres con menos acceso a la  información tienden a ser obligadas a tener un hijo aún cuando es producto de una violación. 


La legalidad del aborto permite que además de poder hacerlo en un lugar seguro y con medicos profesionales, puedan acceder a un acompañamiento profesional psicológico  en caso que lo requieran. Además, permite que los médicos que realicen este procedimiento no sean criminalizados y las mujeres sin distinción de clases, puedan acceder a la información en caso que deseen interrumpir su embarazo. 


Mi historia con el aborto viene desde antes de nacer. Mis padres (que no eran adolescentes) quedaron embarazados cuando estaban finalizando sus carreras profesionales. Mi papá sentía que no estaba preparado para tener un hijo por lo tanto le planteó la posibilidad a mi mamá de abortar, ella no quiso y decidió continuar con el embarazo. No estaba bien visto que tuvieran un hijo antes del matrimonio, así que prontamente los hicieron casar y aunque mi mamá se casó enamorada, él no. 


Fue su decisión y se la respetaron, pero siempre me he planteado la idea que si ella hubiera tomado la decisión de interrumpir el embarazo, se habría evitado años de martirio. Claro que existe el divorcio, pero en estos tiempos de machismo ninguna mujer quiere casarse para luego enfrentar el fracaso de su matrimonio y afrontarlo como su culpa. En cualquier caso, los problemas o errores siempre serán atribuidos a la mujer, así lo ha establecido el sistema y lo siguen replicando. 


Vale la pena replantear  la responsabilidad, primero que las mujeres no se embarazan solas,y que si bien el padre también tiene derecho a decidir si quiere o no ser padre, mientras no sepa si quiere serlo, sea responsable y utilice siempre un preservativo, y si está seguro que no quiere ser padre, tiene la opción de hacerse la vasectomía. 


Los embarazos no se dan únicamente por “un momento de calentura” como comentan en redes sociales, sino también por las violaciones a niñas y a mujeres, algunas forzadas por sus propios esposos y el caso de las niñas, víctimas incluso de un hombre cercano (padre, tío, hermano, primo, vecino, etc). 


Y los anticonceptivos tienen un margen de error; no todos los niños son planeados y que bueno sería que el mundo pudiera estar lleno de familias amorosas y deseadas como los que pregonan ser “pro-vida”. Sin embargo, en un mundo tan cruel con las niñas y los niños, como en el que vivimos, las nuevas generaciones se replantean la decisión de tener hijos. 


Celebramos la aprobación del derecho al aborto gratuito  en Argentina, esperando que en los demás países (la mayoria), este derecho sea reconocido también. Y ojalá sea incorporado en las leyes como un derecho sin las restricciones como las causales limitadas. El aborto no nos convierte en asesinas, ni quiere decir que ahora las niñas van a verlo como una solución facilista a su falta de educación sexual, por el contrario falta mucho por deconstruir para construir sobre nuevos cimientos fuera del sistema patriarcal que siempre reprimió a la mujer adjudicando el único rol para el que pudiera servir: ser madre. 


¡Hemos Abortado!

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January 30, 2021

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El año anterior cerró con una noticia controversial para latinoamérica, Argentina establece el derecho al aborto gratuito y asistido médicamente, por ley del 30 de diciembre de 2020.  


En algunos países de Latinoamérica el aborto es legal sin ninguna restricción,  en Uruguay,Cuba,Guyana,Guyana Francesa y Puerto Rico. En otras naciones está estrictamente prohibido y en algunas, es despenalizado bajo ciertas causales, según lo indique la ley de cada país. 


Pero esta noticia no cayó muy bien entre su detractores y generó un sin fin de opiniones, no solo en Argentina, sino en los demás países de la región, donde se rasgan las vestiduras tanto hombres como mujeres incriminando de asesinas a quienes han manifestado apoyo a la decisión Argentina sobre el derecho al aborto.  


Entre los multiples comentarios que pude ver, me llamó la atención uno en particular, y fue de una mujer que decía que las feministas piden aborto gratuito porque no son capaces de criar un hijo. Sin embargo, la realidad es que muchas de las feministas que se han volcado a las calles a lo largo de los  años, desde tiempos inmemorables exigiendo y velando por los derechos de las mujeres que hoy día gozamos, fueron y son madres. 


La capacidad de criar o no a un hijo es hasta cierto punto subjetiva, y por tanto, no podemos juzgar la manera en que cada mujer lo hace.  Lo que hace este comentario es entonces deslegitimar la lucha por el aborto con argumentos sin ningún tipo de solidez. 


Argumentos en los que resaltan “la irresponsabilidad” de la mujer, la promiscuidad, la inmoralidad y sí, el pecado. Porque estas opiniones y juicios tienen en su mayoría una base fundamental: la religión. En Estados democráticos, las leyes deben separarse de la religión y tener como base los derechos humanos y no ser el resultado de las creencias de un grupo en particular. No es posible que en pleno siglo XXI sigamos permitiendo que la iglesia dictamine el orden e influya en las leyes. 


Los abortos han existido siempre, y muchos casos las mujeres tienen que hacerlo clandestinamente y corren el riesgo de perder su vida. Ha sucedido en todas las clases sociales, y por distintos motivos, cada mujer tiene su propio argumento y sabrá porqué lo hace, ninguna mujer debería explicar o justificar su decisión; es su cuerpo y tiene el derecho a decidir sobre él. Creo que es absurdo que exista la despenalización según unas causales limitadas como en Colombia, donde las mujeres con menos acceso a la  información tienden a ser obligadas a tener un hijo aún cuando es producto de una violación. 


La legalidad del aborto permite que además de poder hacerlo en un lugar seguro y con medicos profesionales, puedan acceder a un acompañamiento profesional psicológico  en caso que lo requieran. Además, permite que los médicos que realicen este procedimiento no sean criminalizados y las mujeres sin distinción de clases, puedan acceder a la información en caso que deseen interrumpir su embarazo. 


Mi historia con el aborto viene desde antes de nacer. Mis padres (que no eran adolescentes) quedaron embarazados cuando estaban finalizando sus carreras profesionales. Mi papá sentía que no estaba preparado para tener un hijo por lo tanto le planteó la posibilidad a mi mamá de abortar, ella no quiso y decidió continuar con el embarazo. No estaba bien visto que tuvieran un hijo antes del matrimonio, así que prontamente los hicieron casar y aunque mi mamá se casó enamorada, él no. 


Fue su decisión y se la respetaron, pero siempre me he planteado la idea que si ella hubiera tomado la decisión de interrumpir el embarazo, se habría evitado años de martirio. Claro que existe el divorcio, pero en estos tiempos de machismo ninguna mujer quiere casarse para luego enfrentar el fracaso de su matrimonio y afrontarlo como su culpa. En cualquier caso, los problemas o errores siempre serán atribuidos a la mujer, así lo ha establecido el sistema y lo siguen replicando. 


Vale la pena replantear  la responsabilidad, primero que las mujeres no se embarazan solas,y que si bien el padre también tiene derecho a decidir si quiere o no ser padre, mientras no sepa si quiere serlo, sea responsable y utilice siempre un preservativo, y si está seguro que no quiere ser padre, tiene la opción de hacerse la vasectomía. 


Los embarazos no se dan únicamente por “un momento de calentura” como comentan en redes sociales, sino también por las violaciones a niñas y a mujeres, algunas forzadas por sus propios esposos y el caso de las niñas, víctimas incluso de un hombre cercano (padre, tío, hermano, primo, vecino, etc). 


Y los anticonceptivos tienen un margen de error; no todos los niños son planeados y que bueno sería que el mundo pudiera estar lleno de familias amorosas y deseadas como los que pregonan ser “pro-vida”. Sin embargo, en un mundo tan cruel con las niñas y los niños, como en el que vivimos, las nuevas generaciones se replantean la decisión de tener hijos. 


Celebramos la aprobación del derecho al aborto gratuito  en Argentina, esperando que en los demás países (la mayoria), este derecho sea reconocido también. Y ojalá sea incorporado en las leyes como un derecho sin las restricciones como las causales limitadas. El aborto no nos convierte en asesinas, ni quiere decir que ahora las niñas van a verlo como una solución facilista a su falta de educación sexual, por el contrario falta mucho por deconstruir para construir sobre nuevos cimientos fuera del sistema patriarcal que siempre reprimió a la mujer adjudicando el único rol para el que pudiera servir: ser madre. 


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