
La vida es una colección de instantes maravillosos, irrepetibles, en un remolino continuo de experiencias, sentimientos y aprendizajes, y aunque en ocasiones se vuelve difícil, incomprensible y hasta doloroso, no deja de ser fascinante.
Estas sensaciones quiero expresarlas con las siguientes palabras esperando sean de inspiración al agradecimiento. Recuerda que la Vida es una Poesía de la que eres un hermoso verso.
Te invito a enamorarte de la vida…
Enamorarse de la vida es disfrutar de la miel dulce de la existencia, es valorar con pasión las flores dispuestas de mil colores, es dejar que el aire delicadamente
nos acaricie y sorprendernos con ojos de niño por las maravillas ocultas en cada rincón del camino.
Enamorarse de la vida es vencer los cotidianos temores del sinsentido, es arriesgarse a vencer los molinos del tedio y la rutina para arremeter con hidalguía tras inéditas aventuras, tras renovados impulsos del alma, palpitaciones celestes, y lo mágico del destino.
Enamorarse de la vida es contemplar su frenético movimiento, su fluir interminable, sus inéditos senderos de montaña, los placidos valles, sus turbulentos océanos
de emociones, los horizontes de fatiga, los esfuerzos diarios entre las tristes lágrimas y lo festivo.
Enamorarse de la vida es fascinarse de nuestra divina condición en medio del ropaje finito del terrenal cuerpo, el disfrute de los sentidos, el gozo del placer, las noches
de desvelo, las esperanzas defraudadas, las suplicas al cielo y el trayecto de vuelta al ciclo cumplido.
Es momento simplemente de enamorarse de la vida.
Gracias por leerme y te espero en un próximo escrito lleno de amor y belleza espiritual.