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Fotografía por Mob Alizadeh en Unsplash

Nota de la autora: Agradecimiento especial a Isabel Anota, quien me abrió las puertas a su privacidad y compartió información local con el fin de enriquecer la narrativa y contar su historia en nombre de nuestros hermanos mexicanos afectados por la tragedia.


En la noche del martes 7 de septiembre volvió a pasar: un sismo de magnitud 7,1 en la escala Richter sacudió a México. Las alarmas empezaron a sonar y entonces todo se volvió turbio. El epicentro fue en el Estado de Guerrero, pero el temblor se sintió hasta la capital. Hasta ahora solo hubo un deceso, un hombre en Coyuca de Benítez escapaba y un poste de luz cayó sobre él. Todavía hay réplicas.


Uno queda con el trauma después de tanto, ¿sabes? La última vez que pasamos por esto de tan gran magnitud fue hace cuatro años...Cuatro años puntuales, otro 7 de septiembre. Y es curioso, por supuesto hay gente supersticiosa, no los culpo. Siempre ocurren en septiembre. - Isabel (26).



No imaginé que la primera vez en entrevistar a una mexicana sería en estas condiciones. No sobre este tema. Si bien México no es el país más sísmico del mundo, quedando por muy debajo de Chile y Japón, la situación crítica por los temblores ha ido escalando con el paso de los años, a la vez que la humanidad es atacada por los efectos del cambio climático, crisis sanitarias y crisis económicas. 



  • Tú administras unos negocios en Acapulco, donde - tengo entendido - fue que empezó a temblar a mayor escala desde las 8:47 de la noche. ¿Cómo quedaron los locales y los productos?


Algunos lugares quedaron en ruinas, otros no tan afectados. En mi caso, tengo tiendas de abarrotes y un depósito de cerveza, son de mi papá y mi mamá y yo los ayudo. Justo cuando estaba pasando el sismo no fuimos a ver las tiendas. Estábamos preocupados por tener contacto con la familia, por saber si estaban bien.

Yo estaba con dos de mis hermanos, y mis papás con mi otro hermano estaban en la otra tienda, pero no pudimos tener comunicación. Se fue la luz, se cayó la señal, era muy intermitente. Fue después de una hora y media que ellos llegaron a la casa. Fue hasta ese momento, que supe que mi familia estaba bien, que pensé en el negocio.

Cortesía Isabel Anota 

Efectivamente, se abrieron las puertas de los refrigeradores, se cayó el producto. En el caso de los refrescos y los jugos no hubo tanta pérdida, porque si acaso se rompieron unos 3-4 de envase que explotaron al impacto, y otras que se perforaron por los vidrios de las de envase.



  • ¿Alguna pérdida significativa?


Las cervezas. A los jugos y refrescos los puedes volver a enfriar y no les pasa nada. Pero la cerveza se puede quemar y a veces cuando se quema, la gente ya no la quiere consumir. Casi que toda la cerveza se cayó, se cayó un 10% de lo que teníamos en el refrigerador.



  • ¿Es esa la única pérdida material hasta ahora?


La más significativa sí, en esta tienda, en la de mi papá. Ahorita lo que más nos está preocupando es que toda se calentó - ya que estaba fría se volvió a calentar - y me preocupa que se haya quemado porque es mucho producto, entonces si los clientes no la quieren así, sí es una buena pérdida.


  • ¿Qué pasó en la otra tienda?


En la tienda de mi mamá sí se cayeron más cosas. Allá estuvo un poquito más feo porque se partió la casa donde están prestando el local; y ahorita como que no es seguro, se mantiene cerrado y hay que estar alejados. Eso también es una pérdida económica, porque no puede estar abierto a los clientes.

Cortesía Isabel Anota


  • Sobre tu experiencia y la de tu mamá, ustedes dirigiendo su tienda, ¿tú dirías que es muy difícil emprender en México siendo mujer? 


Depende del negocio. Ahorita es muy difícil emprender, lo hemos visto. Es bastante complicado porque la crisis no es solo de unos, creo que es de todos. Tú quieres emprender, pero a veces las personas no te pueden apoyar.



Según una investigación del colectivo ‘México, ¿cómo vamos?’ en agosto, el peso de los 20 sectores económicos ha sido dispar, con respecto a la caída del año de la pandemia, el sector de comercio al por menor se ha recuperado en el segundo trimestre de 2021 un 0.3% y al por mayor un 4.2%. Son 6,445,359 personas en el sector del Comercio informal y 4,204,574 en el formal, siendo las mujeres la población predominante en el comercio informal ocupando un 68%, según la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI.



[...] Y es que todo empezó antes del terremoto. La crisis económica no es algo nuevo, no es culpa de los desastres que ha dejado. Antes mi papá tenía trabajo con un sueldo fijo, pero llegando la pandemia empezaron a hacer recortes de personal. Yo también tenía un trabajo, era en una zapatería, pero corrí con la misma suerte luego de haber entrado hace tres meses. A partir de esto se notó el cambio en los ingresos, y con la liquidación de mi padre él decidió abrir el negocio, y luego la tienda de mi mamá. Los negocios surgieron para sostenernos en la pandemia.


  • ¿Cómo han enfrentado la crisis hasta ahora, luego del desastre?


Ahorita dos refrigeradores ‘se jodieron’ y no puedo vender el producto al tiempo (al clima). La venta más fuerte son las personas que consumen aquí, así que ayer perdí bastante porque no había cerveza fría. Vino alguien a intentar arreglarlos, pero todavía les falta. Y la tienda de mi mamá sufrió muchísimos daños con el terremoto y está muy inestable, no se sabe qué va a pasar con la tienda. Además, mi hermana tampoco está trabajando porque el hotel donde trabajaba sufrió muchos daños y van a cerrarlo mientras lo reparan. 

Yo estaba estudiando dos carreras, una técnica y una licenciatura. Tuve que pausar la de técnico porque no hay dinero, no quiero que se me junten las necesidades. Quise hacerlo para no estar con la preocupación de « tengo este dinero, ¿para qué lo ocupo? ¿Para mi colegiatura o para pagar la luz, el agua, para comprar comida…? »

Entonces, sí es muy difícil, estamos buscando enfrentarla (la crisis), intentando. Buscando alternativas o tratando de vender ofreciendo los productos que hay. En mi caso, con mi carrera de técnico ofrecer el trabajo que puedo hacer ya y buscar la manera, aunque sí es complicado.



De marzo a diciembre del 2020, 157 mil jóvenes mexicanos entre los 24 y 29 años perdieron su empleo por causa de la crisis económica de la pandemia COVID-19, según el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical.




  • ¿Qué trabajos puedes ofrecer para generar ingresos extra a los negocios?


Yo estudiaba Odontología. Sé quitar caries, obturar dientes y hacer prótesis. Había desertado la carrera porque sufro de depresión y ataques de ansiedad, me empezó a ir mal y debía materias que me impidieron graduarme, necesitaba darme de baja por mi salud mental, esto fue antes de la pandemia. Con las clases virtuales he vuelto a matricularme, pero por ahora no empezamos debido al sismo. 

Fotografía de Juanjo Jaramillo en Unsplash

Realmente es tarea compleja el solo concebir la idea de que en cualquier momento el mundo que conocemos se desmoronará. Los cimientos de nuestra realidad creada con esfuerzo y amor caen delante de nuestros ojos y el instinto de supervivencia es lo único que podemos confiar en seguir, en escuchar. 

Todavía siento que mi suelo tiembla y aunque me dicen que ya pasó lo peor, mi corazón brinca porque sabe que nunca estuvimos a salvo.


Estar en el lugar de los hechos es una experiencia completamente diferente, porque es ser la víctima, la afectada directamente. Esa noche del martes 7 se nubló de terror e incertidumbre. México no se separó, pero tampoco sabía cómo unirse. Estaba en shock. Acapulco, Hidalgo, son solo algunos de los más afectados por los efectos del terremoto: Las inundaciones por el desbordamiento de ríos y lluvias torrenciales que dejan heridos y muertes.


No suena correcto expresarnos egoístamente sobre desastres naturales, pero es válido confesar lo inevitable que es sentir que el mundo tiene los ojos en ti y no puede rescatarte, solo ve cómo te ahogas, ve el caos, ve la pena… y nada más. Estamos dando gritos de auxilio junto al resto del mundo luego de la pandemia. 

Pero hoy quiero que me vean fuera de las estadísticas. Porque sé que soy un número y en cualquier momento podría ser parte del montón caído. Por eso, antes quiero que sepan que existo y que es real la crisis, que no es culpa de los sismos. Detrás de esto habemos mujeres, niños, hombres y personas diversas de carne y hueso dando todas las fuerzas que tenemos para sobrevivir.


Desde Europa hasta Asia, somos y seremos México. Pero desde que nací y hasta el último día que viviré, este será mi hogar. Y se está cayendo a pedazos por la crisis económica desde mucho antes del terremoto.

Entrevista por: Anngelys Castro

Reflexión y cierre por: Anngelys Castro

Una historia real de: Isabel Anota, Acapulco, Guerrero.

Las conversaciones y relatos compartidos durante

esta entrevista fueron interpretados y escritos en

primera persona sin narración literal de la entrevistada,

con los permisos de su parte y autorización para ser

material compartido públicamente, exclusivamente para

Revista Level dadas las 6:02 p.m hora Colombia.





Antes del Terremoto

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September 15, 2021

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Fotografía por Mob Alizadeh en Unsplash

Nota de la autora: Agradecimiento especial a Isabel Anota, quien me abrió las puertas a su privacidad y compartió información local con el fin de enriquecer la narrativa y contar su historia en nombre de nuestros hermanos mexicanos afectados por la tragedia.


En la noche del martes 7 de septiembre volvió a pasar: un sismo de magnitud 7,1 en la escala Richter sacudió a México. Las alarmas empezaron a sonar y entonces todo se volvió turbio. El epicentro fue en el Estado de Guerrero, pero el temblor se sintió hasta la capital. Hasta ahora solo hubo un deceso, un hombre en Coyuca de Benítez escapaba y un poste de luz cayó sobre él. Todavía hay réplicas.


Uno queda con el trauma después de tanto, ¿sabes? La última vez que pasamos por esto de tan gran magnitud fue hace cuatro años...Cuatro años puntuales, otro 7 de septiembre. Y es curioso, por supuesto hay gente supersticiosa, no los culpo. Siempre ocurren en septiembre. - Isabel (26).



No imaginé que la primera vez en entrevistar a una mexicana sería en estas condiciones. No sobre este tema. Si bien México no es el país más sísmico del mundo, quedando por muy debajo de Chile y Japón, la situación crítica por los temblores ha ido escalando con el paso de los años, a la vez que la humanidad es atacada por los efectos del cambio climático, crisis sanitarias y crisis económicas. 



  • Tú administras unos negocios en Acapulco, donde - tengo entendido - fue que empezó a temblar a mayor escala desde las 8:47 de la noche. ¿Cómo quedaron los locales y los productos?


Algunos lugares quedaron en ruinas, otros no tan afectados. En mi caso, tengo tiendas de abarrotes y un depósito de cerveza, son de mi papá y mi mamá y yo los ayudo. Justo cuando estaba pasando el sismo no fuimos a ver las tiendas. Estábamos preocupados por tener contacto con la familia, por saber si estaban bien.

Yo estaba con dos de mis hermanos, y mis papás con mi otro hermano estaban en la otra tienda, pero no pudimos tener comunicación. Se fue la luz, se cayó la señal, era muy intermitente. Fue después de una hora y media que ellos llegaron a la casa. Fue hasta ese momento, que supe que mi familia estaba bien, que pensé en el negocio.

Cortesía Isabel Anota 

Efectivamente, se abrieron las puertas de los refrigeradores, se cayó el producto. En el caso de los refrescos y los jugos no hubo tanta pérdida, porque si acaso se rompieron unos 3-4 de envase que explotaron al impacto, y otras que se perforaron por los vidrios de las de envase.



  • ¿Alguna pérdida significativa?


Las cervezas. A los jugos y refrescos los puedes volver a enfriar y no les pasa nada. Pero la cerveza se puede quemar y a veces cuando se quema, la gente ya no la quiere consumir. Casi que toda la cerveza se cayó, se cayó un 10% de lo que teníamos en el refrigerador.



  • ¿Es esa la única pérdida material hasta ahora?


La más significativa sí, en esta tienda, en la de mi papá. Ahorita lo que más nos está preocupando es que toda se calentó - ya que estaba fría se volvió a calentar - y me preocupa que se haya quemado porque es mucho producto, entonces si los clientes no la quieren así, sí es una buena pérdida.


  • ¿Qué pasó en la otra tienda?


En la tienda de mi mamá sí se cayeron más cosas. Allá estuvo un poquito más feo porque se partió la casa donde están prestando el local; y ahorita como que no es seguro, se mantiene cerrado y hay que estar alejados. Eso también es una pérdida económica, porque no puede estar abierto a los clientes.

Cortesía Isabel Anota


  • Sobre tu experiencia y la de tu mamá, ustedes dirigiendo su tienda, ¿tú dirías que es muy difícil emprender en México siendo mujer? 


Depende del negocio. Ahorita es muy difícil emprender, lo hemos visto. Es bastante complicado porque la crisis no es solo de unos, creo que es de todos. Tú quieres emprender, pero a veces las personas no te pueden apoyar.



Según una investigación del colectivo ‘México, ¿cómo vamos?’ en agosto, el peso de los 20 sectores económicos ha sido dispar, con respecto a la caída del año de la pandemia, el sector de comercio al por menor se ha recuperado en el segundo trimestre de 2021 un 0.3% y al por mayor un 4.2%. Son 6,445,359 personas en el sector del Comercio informal y 4,204,574 en el formal, siendo las mujeres la población predominante en el comercio informal ocupando un 68%, según la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI.



[...] Y es que todo empezó antes del terremoto. La crisis económica no es algo nuevo, no es culpa de los desastres que ha dejado. Antes mi papá tenía trabajo con un sueldo fijo, pero llegando la pandemia empezaron a hacer recortes de personal. Yo también tenía un trabajo, era en una zapatería, pero corrí con la misma suerte luego de haber entrado hace tres meses. A partir de esto se notó el cambio en los ingresos, y con la liquidación de mi padre él decidió abrir el negocio, y luego la tienda de mi mamá. Los negocios surgieron para sostenernos en la pandemia.


  • ¿Cómo han enfrentado la crisis hasta ahora, luego del desastre?


Ahorita dos refrigeradores ‘se jodieron’ y no puedo vender el producto al tiempo (al clima). La venta más fuerte son las personas que consumen aquí, así que ayer perdí bastante porque no había cerveza fría. Vino alguien a intentar arreglarlos, pero todavía les falta. Y la tienda de mi mamá sufrió muchísimos daños con el terremoto y está muy inestable, no se sabe qué va a pasar con la tienda. Además, mi hermana tampoco está trabajando porque el hotel donde trabajaba sufrió muchos daños y van a cerrarlo mientras lo reparan. 

Yo estaba estudiando dos carreras, una técnica y una licenciatura. Tuve que pausar la de técnico porque no hay dinero, no quiero que se me junten las necesidades. Quise hacerlo para no estar con la preocupación de « tengo este dinero, ¿para qué lo ocupo? ¿Para mi colegiatura o para pagar la luz, el agua, para comprar comida…? »

Entonces, sí es muy difícil, estamos buscando enfrentarla (la crisis), intentando. Buscando alternativas o tratando de vender ofreciendo los productos que hay. En mi caso, con mi carrera de técnico ofrecer el trabajo que puedo hacer ya y buscar la manera, aunque sí es complicado.



De marzo a diciembre del 2020, 157 mil jóvenes mexicanos entre los 24 y 29 años perdieron su empleo por causa de la crisis económica de la pandemia COVID-19, según el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical.




  • ¿Qué trabajos puedes ofrecer para generar ingresos extra a los negocios?


Yo estudiaba Odontología. Sé quitar caries, obturar dientes y hacer prótesis. Había desertado la carrera porque sufro de depresión y ataques de ansiedad, me empezó a ir mal y debía materias que me impidieron graduarme, necesitaba darme de baja por mi salud mental, esto fue antes de la pandemia. Con las clases virtuales he vuelto a matricularme, pero por ahora no empezamos debido al sismo. 

Fotografía de Juanjo Jaramillo en Unsplash

Realmente es tarea compleja el solo concebir la idea de que en cualquier momento el mundo que conocemos se desmoronará. Los cimientos de nuestra realidad creada con esfuerzo y amor caen delante de nuestros ojos y el instinto de supervivencia es lo único que podemos confiar en seguir, en escuchar. 

Todavía siento que mi suelo tiembla y aunque me dicen que ya pasó lo peor, mi corazón brinca porque sabe que nunca estuvimos a salvo.


Estar en el lugar de los hechos es una experiencia completamente diferente, porque es ser la víctima, la afectada directamente. Esa noche del martes 7 se nubló de terror e incertidumbre. México no se separó, pero tampoco sabía cómo unirse. Estaba en shock. Acapulco, Hidalgo, son solo algunos de los más afectados por los efectos del terremoto: Las inundaciones por el desbordamiento de ríos y lluvias torrenciales que dejan heridos y muertes.


No suena correcto expresarnos egoístamente sobre desastres naturales, pero es válido confesar lo inevitable que es sentir que el mundo tiene los ojos en ti y no puede rescatarte, solo ve cómo te ahogas, ve el caos, ve la pena… y nada más. Estamos dando gritos de auxilio junto al resto del mundo luego de la pandemia. 

Pero hoy quiero que me vean fuera de las estadísticas. Porque sé que soy un número y en cualquier momento podría ser parte del montón caído. Por eso, antes quiero que sepan que existo y que es real la crisis, que no es culpa de los sismos. Detrás de esto habemos mujeres, niños, hombres y personas diversas de carne y hueso dando todas las fuerzas que tenemos para sobrevivir.


Desde Europa hasta Asia, somos y seremos México. Pero desde que nací y hasta el último día que viviré, este será mi hogar. Y se está cayendo a pedazos por la crisis económica desde mucho antes del terremoto.

Entrevista por: Anngelys Castro

Reflexión y cierre por: Anngelys Castro

Una historia real de: Isabel Anota, Acapulco, Guerrero.

Las conversaciones y relatos compartidos durante

esta entrevista fueron interpretados y escritos en

primera persona sin narración literal de la entrevistada,

con los permisos de su parte y autorización para ser

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