Desde que estalló la guerra en Ucrania, el pasado 24 de febrero, más de 3 millones de personas han huido del país de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, y 1,4 millones son niños de acuerdo con los datos de UNICEF. Al drama de abandonar sus hogares debemos sumarle el riesgo de la trata, principalmente hacia niños y mujeres que viajan solas y ven su tejido económico y de seguridad afectados. Por lo que, una vez más, los conflictos bélicos ponen en riesgo la integridad de las mujeres y niños.

Las mafias de la trata están utilizando los puntos de llegada de los refugiados y los puntos fronterizos entre Ucrania y Polonia, así como entre Polonia y Alemania para reclutar mujeres e infantes y explotarlos. Se aprovechan así de la situación de vulnerabilidad de estos sectores de la sociedad para hacer negocio. En el caso específico de las mujeres se han detectado grupos de Facebook, en los que se ofrece alojamiento y transporte gratuito, donde se han infiltrado las mafias. Por ello, se ha estipulado que toda persona que ofrece transporte y alojamiento de balde debe estar registrado. De este modo las personas que trabajan con los refugiados saben cuáles son las señales mediante las cuales pueden identificar a los grupos criminales.