Caso Ángela María Robledo: Reflexiones Más Allá del Escándalo

January 30, 2021
Columna
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IG - Ángela María Robledo
La renuncia de la representante a la Cámara Ángela María Robledo al movimiento Colombia Humana dirigido por el senador líder de la oposición de izquierda al Gobierno Nacional uribista Gustavo Petro motivada según la misma por problemas dentro de la colectividad para avanzar la agenda del movimiento feminista y de la equidad de género en el país ha generado un revuelo mediático nacional. No obstante sus duras reflexiones, al menos en el circuito que defiende los derechos de las mujeres no debe caer en el amarillismo o en el chisme y debe llevar a la reflexión sobre el quehacer feminista y pro mujer en Colombia desde una herramienta vital: los estudios de género.

Los estudios de género son como disciplina científica derivada de la evolución de una fuerza social como lo ha sido en sus diferentes concepciones el movimiento de lucha por los Derechos de la mujer un factor transversal para el análisis objetivo de los acontecimientos y derivar de ellos unas soluciones concretas a las problemáticas sociales del entorno que se analiza, inclusive más allá de las relaciones sociales tomando la conexión con el entorno natural -y los factores climáticos, dinámicos, biológicos con virus y todo presentes en él- así como las adaptaciones realizadas por los seres humanos -mujeres y hombres de todas las condiciones, roles sociales y construcciones de identidad, género, sexo y orientación- a ese mismo entorno para poder vivir en él de manera segura y digna; esto dentro del esquema de pensamiento de Felipe Rodriguez-Armesto sobre el concepto de la civilización como un todo que incluye lo social y construido como parte y no como otredad de lo natural. Si existen estudios aplicados realmente interdisciplinarios y aplicables dentro de las ciencias sociales y humanas son los estudios de género. No entender esto supone caer en el juego facilista y lamentable de élites académicas -y tras ellas los intereses particulares de funcionalidad de la educación por parte de monopolios y/o oligopolios que cooptan los medios de producción, el discurso social y a través de la cooptación de la política impiden las libertades del mercado y la economía, para después meterse con las individuales- de minimizar y reducir a la nada lo que no encaje en los esquemas cartesianos de las ciencias naturales, exactas y la ingeniería; es replicar ese discurso de “¡Estudie algo que sirva!”…y sirve…a la continuidad de las problemáticas, a la desigualdad, el conformismo y a la mediocridad social generalizada…

Hay podemos hablar del primer punto de lo que para mí: el sectarismo. Estando en el universo de la universidad pública -valga la redundancia- he podido ver en los movimientos de izquierdas tanto de origen interno como de origen en partidos, movimientos e inclusive grupos al margen de la Ley afines a estas ideas -sin contar con el todopoderoso y apolítico microtráfico de drogas-. No solamente en el lenguaje de la agresividad verbal, el vandalismo y el irrespeto por los espacios colectivos -que tuve que ver muchas veces en contra de mujeres trabajadoras como empleadas de aseo y vigilancia privada con escenas de acoso e incluso hostigamiento sexual que por respeto a las lectoras y lectores no mencionaré-. El sectarismo es en síntesis castiza la brutalidad total en las relaciones humanas. En el escenario sectario el estudio y la reflexión son impensables e imposibles, por lo tanto de un ejercicio de liderazgo sectario casi nunca sale material intelectual de calidad lógica ni epistémica. El fascismo italiano de Mussolinni creado por golpeadores callejeros es un muy buen ejemplo de eso, como su mismo creador lo admite en el prólogo de su obra La doctrina del fascismo. Y evidenciando los comentarios insultantes, misóginos y hasta xenófobos del chat del video en YouTube de la entrevista en la revista Semana de la representante Robledo sobre el hecho en cuestión que además de enaltecer en exceso al senador Petro y polarizar expresiones ofensivas contra la entrevistada, nos podría llevar a decir junto con Jurgen Habermas que el fascismo -y la misoginia- de izquierdas también existe.

Ángela María Robledo tuvo que decirle adiós a Gustavo Petro | Vicky en Semana, 19 de enero de 2021.

El segundo punto se encuentra la valorización de la perspectiva de género no solamente en el plano político sino en la vida cotidiana. Inclusive la redacción de noticias y comunicados públicos puede hacerse desde la perspectiva de género para resaltar el papel de las mujeres dentro de todos los estamentos y clases de la sociedad. Esto implica también el lenguaje, las cercanías y las relaciones cotidianas -sean de poder o no- entre mujeres que pueden tener diferencias entre sí o no por temas de tomar o no para sí reivindicaciones legales -como el aborto, la anticoncepción entre otras- o por creencias religiosas o posiciones políticas. Ángela María Robledo al principio de la entrevista de Semana expresa que las conquistas no solamente son de las feministas, sino de todas las mujeres. Asumir por rol social, cualquiera que sea nuestro papel un privilegio personal o grupal de los derechos colectivos es simplemente un retroceso de la mentalidad democrática liberal. 

En conclusión, debe hacerse un mayor esfuerzo por llevar la perspectiva y la metodología de los estudios de género a los escenarios de opinión pública para dar otra mirada más incluyente a la forma de ver la actualidad o los hechos pasados; no ver el activismo feminista o conocer y practicar los estudios de género como una “iniciación” a la superioridad moral contra las demás mujeres y personas. La base de todos los Derechos Humanos de mujeres y hombres es el concepto de la dignidad humana. Y esa es la misma base de la ética pública. 

Caso Ángela María Robledo: Reflexiones Más Allá del Escándalo

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La renuncia de la representante a la Cámara Ángela María Robledo al movimiento Colombia Humana dirigido por el senador líder de la oposición de izquierda al Gobierno Nacional uribista Gustavo Petro motivada según la misma por problemas dentro de la colectividad para avanzar la agenda del movimiento feminista y de la equidad de género en el país ha generado un revuelo mediático nacional. No obstante sus duras reflexiones, al menos en el circuito que defiende los derechos de las mujeres no debe caer en el amarillismo o en el chisme y debe llevar a la reflexión sobre el quehacer feminista y pro mujer en Colombia desde una herramienta vital: los estudios de género.

Los estudios de género son como disciplina científica derivada de la evolución de una fuerza social como lo ha sido en sus diferentes concepciones el movimiento de lucha por los Derechos de la mujer un factor transversal para el análisis objetivo de los acontecimientos y derivar de ellos unas soluciones concretas a las problemáticas sociales del entorno que se analiza, inclusive más allá de las relaciones sociales tomando la conexión con el entorno natural -y los factores climáticos, dinámicos, biológicos con virus y todo presentes en él- así como las adaptaciones realizadas por los seres humanos -mujeres y hombres de todas las condiciones, roles sociales y construcciones de identidad, género, sexo y orientación- a ese mismo entorno para poder vivir en él de manera segura y digna; esto dentro del esquema de pensamiento de Felipe Rodriguez-Armesto sobre el concepto de la civilización como un todo que incluye lo social y construido como parte y no como otredad de lo natural. Si existen estudios aplicados realmente interdisciplinarios y aplicables dentro de las ciencias sociales y humanas son los estudios de género. No entender esto supone caer en el juego facilista y lamentable de élites académicas -y tras ellas los intereses particulares de funcionalidad de la educación por parte de monopolios y/o oligopolios que cooptan los medios de producción, el discurso social y a través de la cooptación de la política impiden las libertades del mercado y la economía, para después meterse con las individuales- de minimizar y reducir a la nada lo que no encaje en los esquemas cartesianos de las ciencias naturales, exactas y la ingeniería; es replicar ese discurso de “¡Estudie algo que sirva!”…y sirve…a la continuidad de las problemáticas, a la desigualdad, el conformismo y a la mediocridad social generalizada…

Hay podemos hablar del primer punto de lo que para mí: el sectarismo. Estando en el universo de la universidad pública -valga la redundancia- he podido ver en los movimientos de izquierdas tanto de origen interno como de origen en partidos, movimientos e inclusive grupos al margen de la Ley afines a estas ideas -sin contar con el todopoderoso y apolítico microtráfico de drogas-. No solamente en el lenguaje de la agresividad verbal, el vandalismo y el irrespeto por los espacios colectivos -que tuve que ver muchas veces en contra de mujeres trabajadoras como empleadas de aseo y vigilancia privada con escenas de acoso e incluso hostigamiento sexual que por respeto a las lectoras y lectores no mencionaré-. El sectarismo es en síntesis castiza la brutalidad total en las relaciones humanas. En el escenario sectario el estudio y la reflexión son impensables e imposibles, por lo tanto de un ejercicio de liderazgo sectario casi nunca sale material intelectual de calidad lógica ni epistémica. El fascismo italiano de Mussolinni creado por golpeadores callejeros es un muy buen ejemplo de eso, como su mismo creador lo admite en el prólogo de su obra La doctrina del fascismo. Y evidenciando los comentarios insultantes, misóginos y hasta xenófobos del chat del video en YouTube de la entrevista en la revista Semana de la representante Robledo sobre el hecho en cuestión que además de enaltecer en exceso al senador Petro y polarizar expresiones ofensivas contra la entrevistada, nos podría llevar a decir junto con Jurgen Habermas que el fascismo -y la misoginia- de izquierdas también existe.

Ángela María Robledo tuvo que decirle adiós a Gustavo Petro | Vicky en Semana, 19 de enero de 2021.

El segundo punto se encuentra la valorización de la perspectiva de género no solamente en el plano político sino en la vida cotidiana. Inclusive la redacción de noticias y comunicados públicos puede hacerse desde la perspectiva de género para resaltar el papel de las mujeres dentro de todos los estamentos y clases de la sociedad. Esto implica también el lenguaje, las cercanías y las relaciones cotidianas -sean de poder o no- entre mujeres que pueden tener diferencias entre sí o no por temas de tomar o no para sí reivindicaciones legales -como el aborto, la anticoncepción entre otras- o por creencias religiosas o posiciones políticas. Ángela María Robledo al principio de la entrevista de Semana expresa que las conquistas no solamente son de las feministas, sino de todas las mujeres. Asumir por rol social, cualquiera que sea nuestro papel un privilegio personal o grupal de los derechos colectivos es simplemente un retroceso de la mentalidad democrática liberal. 

En conclusión, debe hacerse un mayor esfuerzo por llevar la perspectiva y la metodología de los estudios de género a los escenarios de opinión pública para dar otra mirada más incluyente a la forma de ver la actualidad o los hechos pasados; no ver el activismo feminista o conocer y practicar los estudios de género como una “iniciación” a la superioridad moral contra las demás mujeres y personas. La base de todos los Derechos Humanos de mujeres y hombres es el concepto de la dignidad humana. Y esa es la misma base de la ética pública. 

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