El Impacto Positivo de la Labor Femenina en la Economía

September 21, 2019
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Foto de Andrew Neel en Unsplash

El mercado laboral es un lugar hostil, lleno de competencia desleal, injusticias y trampas. Esas dificultades las sufrimos tod@s l@s trabajador@s en más o menos medida, dependiendo del grupo social al que pertenezcamos. En el caso de las mujeres, las desventajas suelen estar relacionadas con la percepción social de que no debemos acceder a ciertos puestos de trabajo, o de que no merecemos una remuneración proporcional a la labor que realizamos. Con las oportunidades y los salarios limitados, parece difícil que las féminas se sientan motivadas para trabajar. SORPRESA: ¡hay cifras que demuestran todo lo contrario!

Las mujeres representamos más de la mitad de la población mundial,  somos el 40% de la fuerza de trabajo, también representamos el 43% de la mano de obra agrícola mundial y más de la mitad de los estudiantes universitarios del mundo. De acuerdo al Banco Mundial, en América Latina, la participación femenina en el mercado de trabajo había  aumentado en 15% para el año 2012. En Colombia, de acuerdo con cifras de la firma Michael Page, citada en Portafolio (2018), el 55% del mercado laboral es ocupado por el género femenino. Para el año 2015, Gestión informó que en Perú, el 78% de las féminas en edad de trabajar lo hacía y representaban el 43,8% del total de trabajadores. De acuerdo con ONU Mujeres (2015), en Brasil, la tasa de participación de la mujer en la población activa aumentó del 54% al 58% entre 2001 y 2009, y la proporción que accedía a empleos con tarjeta del seguro social aumentó del 30% al 35%.

Está demostrado que las capacidades de las féminas se sobreponen a la hostilidad laboral. De no ser así, su contribución no hubiese sido crucial para compensar la pérdida de ingresos durante la crisis financiera de 2008-2009. Además, entre 2000 y 2010, el ingreso percibido por las féminas contribuyó a que la pobreza extrema latinoamericana disminuyera en 30%  (Banco Mundial, 2012). Y, ¿cómo no iba a ser así? Si es que las mujeres trabajan más que sus pares masculinos, como lo afirma ONU Mujeres (2015): “si se combina el trabajo remunerado y el no remunerado, en casi todos los países las mujeres trabajan más horas al día que los hombres.”

Los resultados positivos de la labor femenina no sólo resaltan a nivel económico, también a nivel social y ambiental. Através de ONU Mujeres (2016), conocemos lo que sucede en Laramate, Perú, donde la producción de maíz, verduras, frutas y granos se ha tornado más resistente y nutritiva desde que una organización de mujeres indígenas llamada OMIL se encarga de seleccionar las semillas y de recuperar la fertilidad del suelo para evitar que las consecuencias del cambio climático continúen afectando la salud de su comunidad: “Nuestra tierra es la única herencia que tenemos. Cuidamos de ella como lo harían nuestros ancestros, sembrando semillas pero también dejando descansar la tierra” (Magaly Garayar, 2016).

Desigualdad y pobreza son dos de los problemas más difíciles de solucionar en las sociedades. No hace falta sino someramente revisar los diários para darnos cuenta que hay países enteros colapsando en manos del desespero que obliga a sus pobladores a huir para no morir de hambre, como los judíos huyeron de la furia egipcia. BBC Mundo (2016) advierte que los países más desiguales de América Latina son Honduras, Colombia, Brasil, Guatemala, Panamá y Chile; además, que 770 millones de personas son pobres en todo el mundo (2017). En 2012, el Banco Mundial anunció que la pobreza y desigualdad en los países de América Latina y el Caribe habían disminuido impresionantemente gracias al compromiso de las mujeres en esas causas. En vista de lo que las mujeres logramos frente a esas dos plagas de la economía, a pesar de no contar con la confianza del capital masculino, ¿qué tanto progresaría el mercado de trabajo si no fuese un lugar hostil para las mujeres? ¿Será que vale la pena quitarnos el velo del sexismo laboral?

Foto de rawpixel en Unsplash.

Pistas para ayudarnos a resolver esas incógnitas vienen de análisis y proyecciones en referencia al Producto Interno Bruto (PIB) de algunos países. ¿Cómo podría elevarse el PIB en Estados Unidos, Japón, Emiratos Árabes Unidos y Egipto? Con más participación femenina de relevancia y justamente remunerada en el mercado laboral, lo cual también elevaría el nivel educativo de la mano de obra, según un informe sobre los beneficios macroeconómicos de la equidad de género que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó  en 2013. Tal vez una comparación despeje las dudas: el crecimiento del PIB en Colombia fue de 1,1% para el primer trimestre de 2017 (DANE, 2017), mientras que la participación de las féminas podría elevar 34% del PIB egipcio. El objetivo: un crecimiento más significativo del PIB colombiano. La estrategia: abrirle paso a la fuerza femenina.


Referencias:

DANE Información Estratégica. (2017). En el primer trimestre de 2017 la economía colombiana creció 1,1%. Consulta 04/11/2018 Ver

Duarte, F. (2017). Cómo el mundo se despertó más pobre y por qué no es solo cuestión de estadísticas.  BBC Mundo. Consulta 04/11/2018 Ver

Fondo Monetario Internacional. (2013).  Las mujeres, el trabajo y la economía: Beneficios macroeconómicos de la equidad de género.  Consulta 04/11/2018 Ver

Fondo Monetario Internacional. (2017). Informe Anual del FMI 2017: Promover el crecimiento inclusivo. Consulta 04/11/2018 Ver

Justo, M. (2016). ¿Cuáles son los 6 países más desiguales de América Latina?. BBC Mundo. Consulta 04/11/2018 Ver

ONU Mujeres. (2015). El progreso de las mujeres en el mundo 2015–2016: Transformar las economías para realizar los derechos. Consulta 04/11/2018 Ver

ONU Mujeres. (2016).Las mujeres indígenas en Perú combaten el cambio climático e impulsan su economía.  Consulta 04/11/2018 Ver

Portafolio. (2018). Aumenta la participación de la mujer en el mercado laboral. Consulta 04/11/2018 Ver

Redacción Gestión. (2015). El aporte de la mujer al desarrollo del país. Consulta 04/11/2018 Ver

Rodríguez, M. (2012). El Impacto Multiplicador de la Participación de la Mujer en el Desarrollo. Red Interamericana de Asociaciones de Alumni IANAmericas. Consulta 04/11/2018 Ver

World Bank. (2012). The Effect of Women's Economic Power in Latin America and the Caribbean. Consulta 04/11/2018 Ver

El Impacto Positivo de la Labor Femenina en la Economía

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November 13, 2018

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El mercado laboral es un lugar hostil, lleno de competencia desleal, injusticias y trampas. Esas dificultades las sufrimos tod@s l@s trabajador@s en más o menos medida, dependiendo del grupo social al que pertenezcamos. En el caso de las mujeres, las desventajas suelen estar relacionadas con la percepción social de que no debemos acceder a ciertos puestos de trabajo, o de que no merecemos una remuneración proporcional a la labor que realizamos. Con las oportunidades y los salarios limitados, parece difícil que las féminas se sientan motivadas para trabajar. SORPRESA: ¡hay cifras que demuestran todo lo contrario!

Las mujeres representamos más de la mitad de la población mundial,  somos el 40% de la fuerza de trabajo, también representamos el 43% de la mano de obra agrícola mundial y más de la mitad de los estudiantes universitarios del mundo. De acuerdo al Banco Mundial, en América Latina, la participación femenina en el mercado de trabajo había  aumentado en 15% para el año 2012. En Colombia, de acuerdo con cifras de la firma Michael Page, citada en Portafolio (2018), el 55% del mercado laboral es ocupado por el género femenino. Para el año 2015, Gestión informó que en Perú, el 78% de las féminas en edad de trabajar lo hacía y representaban el 43,8% del total de trabajadores. De acuerdo con ONU Mujeres (2015), en Brasil, la tasa de participación de la mujer en la población activa aumentó del 54% al 58% entre 2001 y 2009, y la proporción que accedía a empleos con tarjeta del seguro social aumentó del 30% al 35%.

Está demostrado que las capacidades de las féminas se sobreponen a la hostilidad laboral. De no ser así, su contribución no hubiese sido crucial para compensar la pérdida de ingresos durante la crisis financiera de 2008-2009. Además, entre 2000 y 2010, el ingreso percibido por las féminas contribuyó a que la pobreza extrema latinoamericana disminuyera en 30%  (Banco Mundial, 2012). Y, ¿cómo no iba a ser así? Si es que las mujeres trabajan más que sus pares masculinos, como lo afirma ONU Mujeres (2015): “si se combina el trabajo remunerado y el no remunerado, en casi todos los países las mujeres trabajan más horas al día que los hombres.”

Los resultados positivos de la labor femenina no sólo resaltan a nivel económico, también a nivel social y ambiental. Através de ONU Mujeres (2016), conocemos lo que sucede en Laramate, Perú, donde la producción de maíz, verduras, frutas y granos se ha tornado más resistente y nutritiva desde que una organización de mujeres indígenas llamada OMIL se encarga de seleccionar las semillas y de recuperar la fertilidad del suelo para evitar que las consecuencias del cambio climático continúen afectando la salud de su comunidad: “Nuestra tierra es la única herencia que tenemos. Cuidamos de ella como lo harían nuestros ancestros, sembrando semillas pero también dejando descansar la tierra” (Magaly Garayar, 2016).

Desigualdad y pobreza son dos de los problemas más difíciles de solucionar en las sociedades. No hace falta sino someramente revisar los diários para darnos cuenta que hay países enteros colapsando en manos del desespero que obliga a sus pobladores a huir para no morir de hambre, como los judíos huyeron de la furia egipcia. BBC Mundo (2016) advierte que los países más desiguales de América Latina son Honduras, Colombia, Brasil, Guatemala, Panamá y Chile; además, que 770 millones de personas son pobres en todo el mundo (2017). En 2012, el Banco Mundial anunció que la pobreza y desigualdad en los países de América Latina y el Caribe habían disminuido impresionantemente gracias al compromiso de las mujeres en esas causas. En vista de lo que las mujeres logramos frente a esas dos plagas de la economía, a pesar de no contar con la confianza del capital masculino, ¿qué tanto progresaría el mercado de trabajo si no fuese un lugar hostil para las mujeres? ¿Será que vale la pena quitarnos el velo del sexismo laboral?

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Pistas para ayudarnos a resolver esas incógnitas vienen de análisis y proyecciones en referencia al Producto Interno Bruto (PIB) de algunos países. ¿Cómo podría elevarse el PIB en Estados Unidos, Japón, Emiratos Árabes Unidos y Egipto? Con más participación femenina de relevancia y justamente remunerada en el mercado laboral, lo cual también elevaría el nivel educativo de la mano de obra, según un informe sobre los beneficios macroeconómicos de la equidad de género que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó  en 2013. Tal vez una comparación despeje las dudas: el crecimiento del PIB en Colombia fue de 1,1% para el primer trimestre de 2017 (DANE, 2017), mientras que la participación de las féminas podría elevar 34% del PIB egipcio. El objetivo: un crecimiento más significativo del PIB colombiano. La estrategia: abrirle paso a la fuerza femenina.


Referencias:

DANE Información Estratégica. (2017). En el primer trimestre de 2017 la economía colombiana creció 1,1%. Consulta 04/11/2018 Ver

Duarte, F. (2017). Cómo el mundo se despertó más pobre y por qué no es solo cuestión de estadísticas.  BBC Mundo. Consulta 04/11/2018 Ver

Fondo Monetario Internacional. (2013).  Las mujeres, el trabajo y la economía: Beneficios macroeconómicos de la equidad de género.  Consulta 04/11/2018 Ver

Fondo Monetario Internacional. (2017). Informe Anual del FMI 2017: Promover el crecimiento inclusivo. Consulta 04/11/2018 Ver

Justo, M. (2016). ¿Cuáles son los 6 países más desiguales de América Latina?. BBC Mundo. Consulta 04/11/2018 Ver

ONU Mujeres. (2015). El progreso de las mujeres en el mundo 2015–2016: Transformar las economías para realizar los derechos. Consulta 04/11/2018 Ver

ONU Mujeres. (2016).Las mujeres indígenas en Perú combaten el cambio climático e impulsan su economía.  Consulta 04/11/2018 Ver

Portafolio. (2018). Aumenta la participación de la mujer en el mercado laboral. Consulta 04/11/2018 Ver

Redacción Gestión. (2015). El aporte de la mujer al desarrollo del país. Consulta 04/11/2018 Ver

Rodríguez, M. (2012). El Impacto Multiplicador de la Participación de la Mujer en el Desarrollo. Red Interamericana de Asociaciones de Alumni IANAmericas. Consulta 04/11/2018 Ver

World Bank. (2012). The Effect of Women's Economic Power in Latin America and the Caribbean. Consulta 04/11/2018 Ver

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