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Foto de Selvin Esteban de Pexels

Cuando la protesta no es la vía adecuada para la comunicación, entonces ¿qué nos queda? Hacer performance, tampoco, denunciar no, probablemente una huelga de hambre no los conmueva, el último recurso tal vez es cerrar una escuela, una calle, una avenida porque solo así hay una reacción, para ello es necesario referir el nombre de Daniela Monroy madre de la joven Fernanda Jael Rodríguez Monroy quién desapareció al ingresar a la escuela CECYT 14, cabe mencionar que los hechos ocurrieron en abril de 2022, al final el resultado fue un contacto de la fiscalía, una hija en casa la cual se ausentó por voluntad propia; después está otro hecho que ocurrió en el kilómetro 63 de la autopista México Puebla donde los pobladores cerraron el lugar porque fue secuestrado Edward de Jesús, de tan solo 10 años, quien fue sustraído por un hombre,  a las 01:30 horas el niño fue rescatado en Hidalgo, en el lugar detuvieron a dos hombres, entonces solo así los habitantes quitaron el bloqueo de la autopista. Por último Elizabeth Jiménez quien desapareció el 15 de noviembre, para exigir la búsqueda de la menor la familia de la estudiante en su momento organizó cerrar la Avenida Santa Lucia la cual está ubicada en la Alcaldía Álvaro Obregón, ella apareció el 20 de noviembre, se había ausentado por su propia voluntad. 

Los hechos mencionados previamente nos invitan a reflexionar ya que no solo basta con hacer la denuncia de la desaparición, sino que tanto madres y padres utilizan los recursos que tienen a su alcance para ser escuchados, dejan ese espacio de quietud. 

Durante el proceso de desaparición surge otro factor importante, el clasismo, no solo es lidiar con la autoridad correspondiente, sino hacer que su caso sea observado como el caso de importancia no solo para unos cuantos, sino para toda la autoridad y sobretodo asegurarse de que no le den el carpetazo como el lamentable hecho de los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa. 

En conclusión protestar, rayar, romper parece que ya no es lo de hoy, ahora la nueva forma de comunicación, la visibilidad del hecho es cerrar una calle, una avenida, una escuela porque tal vez así se evita que en una hora saquen a mexicanas de un estado a otro, probablemente se anule un secuestro, hace que se invite a las autoridades a dar una prioridad a cierto caso. Por favor deja tus comentarios a laubautistah@outlook.com.

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Cuando la protesta no es la vía adecuada para la comunicación, entonces ¿qué nos queda? Hacer performance, tampoco, denunciar no, probablemente una huelga de hambre no los conmueva, el último recurso tal vez es cerrar una escuela, una calle, una avenida porque solo así hay una reacción, para ello es necesario referir el nombre de Daniela Monroy madre de la joven Fernanda Jael Rodríguez Monroy quién desapareció al ingresar a la escuela CECYT 14, cabe mencionar que los hechos ocurrieron en abril de 2022, al final el resultado fue un contacto de la fiscalía, una hija en casa la cual se ausentó por voluntad propia; después está otro hecho que ocurrió en el kilómetro 63 de la autopista México Puebla donde los pobladores cerraron el lugar porque fue secuestrado Edward de Jesús, de tan solo 10 años, quien fue sustraído por un hombre,  a las 01:30 horas el niño fue rescatado en Hidalgo, en el lugar detuvieron a dos hombres, entonces solo así los habitantes quitaron el bloqueo de la autopista. Por último Elizabeth Jiménez quien desapareció el 15 de noviembre, para exigir la búsqueda de la menor la familia de la estudiante en su momento organizó cerrar la Avenida Santa Lucia la cual está ubicada en la Alcaldía Álvaro Obregón, ella apareció el 20 de noviembre, se había ausentado por su propia voluntad. 

Los hechos mencionados previamente nos invitan a reflexionar ya que no solo basta con hacer la denuncia de la desaparición, sino que tanto madres y padres utilizan los recursos que tienen a su alcance para ser escuchados, dejan ese espacio de quietud. 

Durante el proceso de desaparición surge otro factor importante, el clasismo, no solo es lidiar con la autoridad correspondiente, sino hacer que su caso sea observado como el caso de importancia no solo para unos cuantos, sino para toda la autoridad y sobretodo asegurarse de que no le den el carpetazo como el lamentable hecho de los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa. 

En conclusión protestar, rayar, romper parece que ya no es lo de hoy, ahora la nueva forma de comunicación, la visibilidad del hecho es cerrar una calle, una avenida, una escuela porque tal vez así se evita que en una hora saquen a mexicanas de un estado a otro, probablemente se anule un secuestro, hace que se invite a las autoridades a dar una prioridad a cierto caso. Por favor deja tus comentarios a laubautistah@outlook.com.

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