La Resiliencia Vista desde la Neurociencia

August 29, 2022
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Aamir Suhail

SOMOS MÁS SENSIBLES A LAS SEÑALES SOCIALES POSITIVAS

Juntos es mejor. La neurociencia cada vez descubre que usted y yo estamos interconectados. Lo que la espiritualidad siempre dice que somos uno, ahora la ciencia lo comprueba con las neuronas espejo. En nuestros cerebros se activan conexiones neuronales con sólo ver o sentir lo que le pasa a otro, hasta podemos sentir el toque de una persona que no nos está tocando. El neurocientífico hindú Vilayanur Ramachandran afirma que “de poder sentir yo lo que usted siente, sólo nos separa la piel”.

Las neuronas espejo son una tipología de neuronas que se activan en nuestro cerebro cuando realizamos una acción y también cuando observamos a alguien haciendo o sintiendo algo. Ante esa situación, éstas se activan en nuestra mente, reflejando como si nosotros estuviésemos llevando a cabo esa acción o teniendo ese sentimiento. El médico y biólogo italiano Giacomo Rizzolatti, galardonado en 2011 con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación, descubrió que las neuronas espejo se activan tanto cuando realizamos una acción determinada en primera persona como cuando vemos que otras personas las realizan. Eso explica por qué captamos de manera inmediata el significado de los gestos y emociones de los demás y comprendemos, inconscientemente, sus intenciones y acciones.

Constituyen la explicación, desde la perspectiva neurobiológica, de las formas complejas que caracterizan a nuestros pensamientos y relaciones, a diferencia del resto de animales. Por ejemplo, una diferencia apreciable entre los seres humanos y los simios es que los monos no pueden imaginar lo que no ven: sus neuronas espejo no se activan ante lo que no ven. Los seres humanos, en cambio, son capaces de imaginar, de simular mentalmente, lo que no existe.

Esta capacidad neuronal que poseemos abre un mundo de maravillosas posibilidades en la resiliencia, es decir, en capacidad que tenemos de superar tragedias o acontecimiento fuertemente traumáticos, a través del contacto con un entorno positivo que nos motive imitar.

La empatía

Bajo el gran paragua de la comunicación podemos incluir a las neuronas espejo y sus efectos en la resiliencia de las personas. Estas neuronas están detrás de la comprensión (muchas veces inconsciente) del lenguaje no verbal de los demás; de las conductas de imitación (y por tanto el aprendizaje); de la empatía que sentimos; o de las emociones que nos provoca una película.

Las personas resilientes desarrollan vínculos profundos con otros como una manera de no sentirse solos en el mundo y salir así de los mecanismos de defensa negativos como el de sufrir en soledad, sin comunicarse con nadie.

El psicólogo francés Boris Cyrulnik dice que ante una adversidad las personas resilientes desarrollan mecanismos de defensa positivos como son la empatía y altruismo, la consciencia, el ansia de conocimiento, el humor y la creatividad.

Una de las características de las neuronas espejo es la empatía que crea el vínculo para comprender a los demás y entender mejor lo que están pensando o sintiendo. Otra cualidad de estas neuronas es la imitación.

Aprendemos mucho por imitación, por eso el entorno que nos rodea es más importante de lo que imaginamos. Las personas con las que interactuamos, los comportamientos que vemos a nuestro alrededor nos influyen. Por las neuronas espejo, de forma inconsciente, duplicamos emociones y sentimientos que percibimos.

En un estudio con resonancia magnética funcional, los profesores Takashi Tsukiura y Roberto Cabeza, del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke (EE UU), demostraron que recordamos mejor los nombres de personas que sonríen. Esto se debe a que somos más sensibles a las señales sociales positivas. Nuestras neuronas espejo “desean que recordemos a las personas que han sido amables con nosotros, en caso de que debamos relacionarnos con ellas en el futuro”, sugiere Tsukiura. “Los procesos de la memoria pueden mejorar cuando recibimos una recompensa, y señales sociales como una cara sonriente suelen ser muy gratificantes para los humanos”, aclaran los investigadores en la revista Neuropsychologia.

Sabiendo esto, lo que sí podemos hacer es fijarnos en personas, comportamientos y modelos positivos, porque si los observamos con más atención las neuronas espejo nos ayudarán a comprenderlos mejor, a imitarlos, a modelar de forma constructiva. Todo ello nos ayudará a desarrollar algunas de esas cualidades positivas que queremos incorporar a nuestra vida. Y justamente los programas de GRIT Academy se centran en estas cualidades a través de su metodología única de las 4 GRIT B’s y su modelo sistémico.


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April 20, 2021

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SOMOS MÁS SENSIBLES A LAS SEÑALES SOCIALES POSITIVAS

Juntos es mejor. La neurociencia cada vez descubre que usted y yo estamos interconectados. Lo que la espiritualidad siempre dice que somos uno, ahora la ciencia lo comprueba con las neuronas espejo. En nuestros cerebros se activan conexiones neuronales con sólo ver o sentir lo que le pasa a otro, hasta podemos sentir el toque de una persona que no nos está tocando. El neurocientífico hindú Vilayanur Ramachandran afirma que “de poder sentir yo lo que usted siente, sólo nos separa la piel”.

Las neuronas espejo son una tipología de neuronas que se activan en nuestro cerebro cuando realizamos una acción y también cuando observamos a alguien haciendo o sintiendo algo. Ante esa situación, éstas se activan en nuestra mente, reflejando como si nosotros estuviésemos llevando a cabo esa acción o teniendo ese sentimiento. El médico y biólogo italiano Giacomo Rizzolatti, galardonado en 2011 con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación, descubrió que las neuronas espejo se activan tanto cuando realizamos una acción determinada en primera persona como cuando vemos que otras personas las realizan. Eso explica por qué captamos de manera inmediata el significado de los gestos y emociones de los demás y comprendemos, inconscientemente, sus intenciones y acciones.

Constituyen la explicación, desde la perspectiva neurobiológica, de las formas complejas que caracterizan a nuestros pensamientos y relaciones, a diferencia del resto de animales. Por ejemplo, una diferencia apreciable entre los seres humanos y los simios es que los monos no pueden imaginar lo que no ven: sus neuronas espejo no se activan ante lo que no ven. Los seres humanos, en cambio, son capaces de imaginar, de simular mentalmente, lo que no existe.

Esta capacidad neuronal que poseemos abre un mundo de maravillosas posibilidades en la resiliencia, es decir, en capacidad que tenemos de superar tragedias o acontecimiento fuertemente traumáticos, a través del contacto con un entorno positivo que nos motive imitar.

La empatía

Bajo el gran paragua de la comunicación podemos incluir a las neuronas espejo y sus efectos en la resiliencia de las personas. Estas neuronas están detrás de la comprensión (muchas veces inconsciente) del lenguaje no verbal de los demás; de las conductas de imitación (y por tanto el aprendizaje); de la empatía que sentimos; o de las emociones que nos provoca una película.

Las personas resilientes desarrollan vínculos profundos con otros como una manera de no sentirse solos en el mundo y salir así de los mecanismos de defensa negativos como el de sufrir en soledad, sin comunicarse con nadie.

El psicólogo francés Boris Cyrulnik dice que ante una adversidad las personas resilientes desarrollan mecanismos de defensa positivos como son la empatía y altruismo, la consciencia, el ansia de conocimiento, el humor y la creatividad.

Una de las características de las neuronas espejo es la empatía que crea el vínculo para comprender a los demás y entender mejor lo que están pensando o sintiendo. Otra cualidad de estas neuronas es la imitación.

Aprendemos mucho por imitación, por eso el entorno que nos rodea es más importante de lo que imaginamos. Las personas con las que interactuamos, los comportamientos que vemos a nuestro alrededor nos influyen. Por las neuronas espejo, de forma inconsciente, duplicamos emociones y sentimientos que percibimos.

En un estudio con resonancia magnética funcional, los profesores Takashi Tsukiura y Roberto Cabeza, del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke (EE UU), demostraron que recordamos mejor los nombres de personas que sonríen. Esto se debe a que somos más sensibles a las señales sociales positivas. Nuestras neuronas espejo “desean que recordemos a las personas que han sido amables con nosotros, en caso de que debamos relacionarnos con ellas en el futuro”, sugiere Tsukiura. “Los procesos de la memoria pueden mejorar cuando recibimos una recompensa, y señales sociales como una cara sonriente suelen ser muy gratificantes para los humanos”, aclaran los investigadores en la revista Neuropsychologia.

Sabiendo esto, lo que sí podemos hacer es fijarnos en personas, comportamientos y modelos positivos, porque si los observamos con más atención las neuronas espejo nos ayudarán a comprenderlos mejor, a imitarlos, a modelar de forma constructiva. Todo ello nos ayudará a desarrollar algunas de esas cualidades positivas que queremos incorporar a nuestra vida. Y justamente los programas de GRIT Academy se centran en estas cualidades a través de su metodología única de las 4 GRIT B’s y su modelo sistémico.


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