¿Cómo Entregarle el Poder a los Ciudadanos?

October 15, 2019
Columna
por:
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Ben White

Mejorar la calidad educativa y hacer una revolución en el aprendizaje de los bogotanos

El cheque escolar es una estrategia que están usando naciones como Australia, Nueva Zelanda, Chile, cinco regiones italianas, Suecia, Dinamarca y algunos Estados de los Estados Unidos; y que: “fue muy exitoso en Colombia en el año de 1998”, Según Milton Friedman en su ensayo El papel del gobierno en la educación de 1955.

El cheque escolar es un sistema de financiación educativa, consiste en que el Estado entrega a los padres una cantidad de dinero (o un bono canjeable) por cada hijo en edad escolar, cantidad con la que se abonarían los costos del centro educativo donde aquellos eligiesen matricularlo según su conveniencia particular. En otras palabras: las familias reciben del Estado una especie de vale, que contiene el dinero necesario para la escolarización de su hijo. Los padres entregan ese vale en el colegio que libremente escojan, lugar donde se canjearía.

Porque brinda la libertad de elegir a los ciudadanos

Los recursos públicos tienen que ser de la gente y no de los burócratas. Son las familias las que deben elegir qué es lo mejor para sí mismas, y por lo tanto, el cheque escolar es la mejor ruta para poder devolverle el poder a los ciudadanos.

Porque aumenta la calidad

El sistema educativo público no tiene ningún incentivo para poder mejorar los resultados, y por lo tanto, al no asumir las consecuencias de sus malas decisiones; sus resultados no son los mejores, por eso es necesario entregarle el poder a los ciudadanos y no obligarlos a que estén condenados a educación de baja calidad.

Por ejemplo, el mejor colegio distrital de Bogotá D.C., se ubica en el puesto 957 en los resultados del ICFES, costándonos a los contribuyentes $COP 5.550.000 por alumno. Con ese mismo dinero, se conseguiría que los hijos de las familias más necesitadas pudieran acceder a la mejor educación posible. Otro ejemplo es el del colegio Campo David, situado en una de las localidades más peligrosas de la ciudad (El Tunal), que de manera sorprendente logra llegar al puesto número 5 en los resultados del ICFES con menos presupuesto mensual ($COP 500.000) que el que usa un colegio público. En conclusión, con el mismo dinero, se adelantaría 20 años el ritmo de crecimiento de la calidad educativa, puesto que los colegios públicos están avanzando a uno muy lento.

Permite la innovación curricular

Según los recientes índices de felicidad a nivel mundial, el 50% de ésta se centra en encontrar tu talento. Si seguimos enseñando currículos en función de materias y no en función del talento de las personas, los jóvenes bogotanos seguirán saliendo de sus colegios sin saber cuál es su propósito en la vida, y en últimas, serán infelices.

Pero este tipo de propuestas sólo son posibles en libertad curricular, por eso es necesario que se liberen los currículos para que emerjan propuestas alternativas y sea el mercado, es decir los padres de familia, los que decidan qué es lo mejor para cada niño y no esa distorsión en la oferta y demanda, producida por el costo de matrícula asociado a los resultados en las pruebas ICFES impuesta por el Estado, la cual centra su formación en lo cognitivo y no en lo afectivo ni en lo expresivo.

Finalmente…

En consecuencia, es necesario volver a programas increíbles como el programa PACES (Programa de Ampliación de Cobertura de la Educación Secundaria), que se implementó por parte del ICFES entre los años 1998 y 2004, donde se entregaron 125.000 becas a niños de bajos recursos para estudiar en colegios privados. Este programa fue tan exitoso que fue objeto de investigación de las Universidades de Oxford y Harvard, porque:

  1. Disminuyó los niveles de deserción.
  2. La gente era 15 puntos porcentuales más proclive a ir a una escuela privada.
  3. Eran estudiantes que tenían menos repitencia.
  4. Los jóvenes cuando ejercían su vida laboral aumentaban su salario.
  5. Tenían más probabilidades de pasar los exámenes de admisión de las universidades públicas.

Por todo esto y ya que estamos próximos a elecciones…

  • Necesitamos que el pueblo entienda que los políticos son seguidores de opinión, y por eso si más gente está reproduciendo este tipo de ideas; ellos las asumirán como propias.
  • Necesitamos un alcalde aliado que no siga persiguiendo a los héroes de la educación; que son los colegios privados y en convenio.
  • Necesitamos un alcalde visionario que haga una revolución educativa, no en cosas superficiales como la metodología, sino en lo realmente importante como son los propósitos de aprendizaje, y eso sólo se logra con libertad curricular.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Quién es capaz de asumir la bandera de la libertad educativa?

¡LA LUCHA ES POR LA LIBERTAD y EL FUTURO ES LIBERTARIO!

Información: Libertarios

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Mejorar la calidad educativa y hacer una revolución en el aprendizaje de los bogotanos

El cheque escolar es una estrategia que están usando naciones como Australia, Nueva Zelanda, Chile, cinco regiones italianas, Suecia, Dinamarca y algunos Estados de los Estados Unidos; y que: “fue muy exitoso en Colombia en el año de 1998”, Según Milton Friedman en su ensayo El papel del gobierno en la educación de 1955.

El cheque escolar es un sistema de financiación educativa, consiste en que el Estado entrega a los padres una cantidad de dinero (o un bono canjeable) por cada hijo en edad escolar, cantidad con la que se abonarían los costos del centro educativo donde aquellos eligiesen matricularlo según su conveniencia particular. En otras palabras: las familias reciben del Estado una especie de vale, que contiene el dinero necesario para la escolarización de su hijo. Los padres entregan ese vale en el colegio que libremente escojan, lugar donde se canjearía.

Porque brinda la libertad de elegir a los ciudadanos

Los recursos públicos tienen que ser de la gente y no de los burócratas. Son las familias las que deben elegir qué es lo mejor para sí mismas, y por lo tanto, el cheque escolar es la mejor ruta para poder devolverle el poder a los ciudadanos.

Porque aumenta la calidad

El sistema educativo público no tiene ningún incentivo para poder mejorar los resultados, y por lo tanto, al no asumir las consecuencias de sus malas decisiones; sus resultados no son los mejores, por eso es necesario entregarle el poder a los ciudadanos y no obligarlos a que estén condenados a educación de baja calidad.

Por ejemplo, el mejor colegio distrital de Bogotá D.C., se ubica en el puesto 957 en los resultados del ICFES, costándonos a los contribuyentes $COP 5.550.000 por alumno. Con ese mismo dinero, se conseguiría que los hijos de las familias más necesitadas pudieran acceder a la mejor educación posible. Otro ejemplo es el del colegio Campo David, situado en una de las localidades más peligrosas de la ciudad (El Tunal), que de manera sorprendente logra llegar al puesto número 5 en los resultados del ICFES con menos presupuesto mensual ($COP 500.000) que el que usa un colegio público. En conclusión, con el mismo dinero, se adelantaría 20 años el ritmo de crecimiento de la calidad educativa, puesto que los colegios públicos están avanzando a uno muy lento.

Permite la innovación curricular

Según los recientes índices de felicidad a nivel mundial, el 50% de ésta se centra en encontrar tu talento. Si seguimos enseñando currículos en función de materias y no en función del talento de las personas, los jóvenes bogotanos seguirán saliendo de sus colegios sin saber cuál es su propósito en la vida, y en últimas, serán infelices.

Pero este tipo de propuestas sólo son posibles en libertad curricular, por eso es necesario que se liberen los currículos para que emerjan propuestas alternativas y sea el mercado, es decir los padres de familia, los que decidan qué es lo mejor para cada niño y no esa distorsión en la oferta y demanda, producida por el costo de matrícula asociado a los resultados en las pruebas ICFES impuesta por el Estado, la cual centra su formación en lo cognitivo y no en lo afectivo ni en lo expresivo.

Finalmente…

En consecuencia, es necesario volver a programas increíbles como el programa PACES (Programa de Ampliación de Cobertura de la Educación Secundaria), que se implementó por parte del ICFES entre los años 1998 y 2004, donde se entregaron 125.000 becas a niños de bajos recursos para estudiar en colegios privados. Este programa fue tan exitoso que fue objeto de investigación de las Universidades de Oxford y Harvard, porque:

  1. Disminuyó los niveles de deserción.
  2. La gente era 15 puntos porcentuales más proclive a ir a una escuela privada.
  3. Eran estudiantes que tenían menos repitencia.
  4. Los jóvenes cuando ejercían su vida laboral aumentaban su salario.
  5. Tenían más probabilidades de pasar los exámenes de admisión de las universidades públicas.

Por todo esto y ya que estamos próximos a elecciones…

  • Necesitamos que el pueblo entienda que los políticos son seguidores de opinión, y por eso si más gente está reproduciendo este tipo de ideas; ellos las asumirán como propias.
  • Necesitamos un alcalde aliado que no siga persiguiendo a los héroes de la educación; que son los colegios privados y en convenio.
  • Necesitamos un alcalde visionario que haga una revolución educativa, no en cosas superficiales como la metodología, sino en lo realmente importante como son los propósitos de aprendizaje, y eso sólo se logra con libertad curricular.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Quién es capaz de asumir la bandera de la libertad educativa?

¡LA LUCHA ES POR LA LIBERTAD y EL FUTURO ES LIBERTARIO!

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