"El Fútbol Será Feminista, Disidente y Profesional"

June 10, 2019
Columna
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Foto: Jeffrey F Lin
"El Fútbol Será Feminista, Disidente y Profesional" Comunicado de Prensa Abofem

La Revolución ya llegó.

Y es Feminista.

El movimiento de mujeres en Argentina ha logrado que el fútbol femenino se profesionalice. El 12 de abril de 2019, 15 mujeres (Eliana Medina, Sindy Ramírez, Federica Silvera, Cecilia López, Débora Molina, Maricel Pereyra, Milagros Vargas, Rocío Correa, Lavinia Antequera, Vanina Preininger, Florencia Coronel, Rocío Vásquez, Ariana Alvarez, Florencia Salazar y Macarena Sánchez) firmaron contrato profesional con el Club San Lorenzo de Almagro (C.A.S.L.A.), convirtiéndose así, en las primeras jugadoras femeninas en llegar a la historia profesional de un club de fútbol.

La visibilización de la lucha sucedió en enero 2019, momento en el que a Macarena Sánchez la desafectaron del equipo argentino en el que jugaba, UAI Urquiza. El reclamo de la jugadora hacia el club, era que bajo la apariencia de "amateurismo" se encubría una relación profesional deportiva no reconocida. A partir de ese momento comenzó un reclamo judicial, patrocinada por las abogadas feministas de AboFem Argentina (Página oficial aquí), quienes el 21 de enero emitieron un comunicado de prensa aclarando la situación de Macarena para hacer pública su lucha: lograr el reconocimiento por parte de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A.) de la relación laboral profesional sin discriminación por condición de género, entendido como un derecho humano fundamental. Se puede ver el comunicado oficial publicado por la jugadora (aquí) y las distintas coberturas de los medios internacionales (aquí).

El camino de la revolución ha empezado: las mujeres ya habitamos espacios impensados hasta hace unos pocos años atrás. Lo celebramos y creemos que ése es el camino de la igualdad real. Pero también queremos dejar una reflexión acerca de esto, porque estamos convencidas de que el feminismo tiene que ser crítico y reflexivo, y para ello nos remontaremos a la historia de la primera ola del feminismo, que nos servirá de guía.

La primera ola del feminismo o "feminismo de la igualdad" tuvo su origen en Gran Bretaña principalmente con el movimiento de las sufragistas con su reivindicación por el derecho al voto femenino. Ya desde la Revolución Francesa (1789) las mujeres se alzaron contra los revolucionarios varones exigiendo los derechos que les fueron negados. Una de ellas fue Mary Wollstonecraft, quien en su obra "Vindicación de los Derechos de la Mujer" escribe a la Asamblea Nacional exigiendo que la Constitución Francesa otorgue derechos a las mujeres. Su reclamo era de acceso a los derechos de la ciudadanía al igual que sus pares varones. Por este motivo se lo llama feminismo de la igualdad: es el reclamo de las mujeres por acceder a los mismos derechos que tenían los varones. Los escritos de Mary como el de tantas otras mujeres de la Ilustración, estaban orientados a fundamentar por qué ellas eran dignas de esos derechos de ciudadanía y por qué la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" no las incluía a ellas, destacando lo patriarcal del concepto de "ciudadano universal". Aún así, todas las feministas ilustradas destacan las diferencias respecto de los varones, es decir, que si bien reclaman el acceso a los derechos de ciudadanía en pie de igualdad, no se consideran iguales. Wollstonecraft afirma que las mujeres no son iguales dada la educación diferencial que reciben respecto de ellos. Por este motivo, su obra es un tratado por el acceso a la educación en iguales condiciones para ambos sexos.

Lo que nos interesa destacar, es el análisis realizado hacia fines de la década de los 80' por Carole Pateman. En su obra "El Contrato Sexual" realiza un análisis de la obra de la francesa a lo que denomina "el dilema Wollstonecraft", en el que destaca lo paradojal del reclamo: por un lado las feministas de la igualdad reclaman acceso a los derechos de ciudadanía en igualdad de condiciones que los varones, pero reconociendo el carácter patriarcal del ciudadano. Asimismo, piden el reconocimiento de las particularidades de las mujeres. La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo pedir reconocimiento a una categoría que ya te excluyó desde su matriz?

¿Cómo relacionamos esto con el fútbol? Entendemos que a lo largo de su historia, el fútbol ha nacido como un espacio masculino per se. Eso significa que ha alojado intrínsecamente el pacto masculino. A tal punto de que la pertenencia al pacto de masculinidad por parte de los varones está dado por el gusto del fútbol. Asimismo, bien conocida es la relación de este deporte con la violencia y con grupos de barras bravas con intereses que van más allá del simple juego (consideramos aquí particularmente el caso argentino).

El interrogante que nos planteamos en este artículo es ¿qué podemos aportar nosotras como mujeres e identidades disidentes en este momento histórico de profesionalización del fútbol femenino? Y con esto no queremos decir que debamos jugar de color rosa. Lo que queremos decir es que entendemos que en este momento histórico tenemos mucho como mujeres como para des instalar de estos espacios patriarcales tanta praxis machista.

Creemos que es momento de hacer historia construyendo lo que tengamos para aportar, que seguro NO es lo que el patriarcado dijo de nosotras: no somos las femeninas, las delicadas, las frágiles, las débiles, las lloronas, las princesas. Seremos lo que queramos ser. Pero no en un mundo machista.

Este fragmento de Kornegger nos resume: "Lo que interesa a las feministas es un proceso de destrucción mental que, asentado en la actitud de dominación hacia el mundo exterior que protagonizan los varones, sólo permite relaciones sujeto/objeto. La política masculina tradicional reduce a los seres humanos a la condición de objetos para a continuación dominarlos y manipularlos con fines 'abstractos'. Las mujeres, por otra parte, intentan desarrollar la conciencia 'del otro' en todos los ámbitos. (...) Juntas trabajamos para expandir nuestra empatía, aprender de otros seres vivos e identificarnos con esas entidades que están fuera de nosotras, en vez de dejarnos cosificar y manipular. (...) Las mujeres están intentando liberarse de semejantes divisiones, para vivir en armonía con el universo entendido como un todo, con los seres humanos dedicados a la tarea de cicatrizar nuestras heridas y cismas individuales".

Ya nuestras ancestras nos fueron marcando el camino, por eso tanto en el fútbol como en cada espacio histórico masculino, sigamos revolucionando y haciendo historia.

___________________

Referencias

1. WOLLSTONECRAFT, Mary. Vindicación de los derechos de la mujer. Ediciones Cátedra, 2018.
2. PATEMAN, Carole; ROMERO, Maria-Xosé Agra. El contrato sexual. Anthropos Editorial, 1995.
3. KORNEGGER, Peggy en TAIBO, Carlos, “Libertari@s. Antología de anarquistas y afines para uso de las generaciones más jóvenes, y de las que no lo son tanto” Ed. Los Libros de la Catarata, Madrid. 2017. Págs. 158/159

"El Fútbol Será Feminista, Disidente y Profesional"

Columna
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April 20, 2019

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Foto: Jeffrey F Lin
"El Fútbol Será Feminista, Disidente y Profesional" Comunicado de Prensa Abofem

La Revolución ya llegó.

Y es Feminista.

El movimiento de mujeres en Argentina ha logrado que el fútbol femenino se profesionalice. El 12 de abril de 2019, 15 mujeres (Eliana Medina, Sindy Ramírez, Federica Silvera, Cecilia López, Débora Molina, Maricel Pereyra, Milagros Vargas, Rocío Correa, Lavinia Antequera, Vanina Preininger, Florencia Coronel, Rocío Vásquez, Ariana Alvarez, Florencia Salazar y Macarena Sánchez) firmaron contrato profesional con el Club San Lorenzo de Almagro (C.A.S.L.A.), convirtiéndose así, en las primeras jugadoras femeninas en llegar a la historia profesional de un club de fútbol.

La visibilización de la lucha sucedió en enero 2019, momento en el que a Macarena Sánchez la desafectaron del equipo argentino en el que jugaba, UAI Urquiza. El reclamo de la jugadora hacia el club, era que bajo la apariencia de "amateurismo" se encubría una relación profesional deportiva no reconocida. A partir de ese momento comenzó un reclamo judicial, patrocinada por las abogadas feministas de AboFem Argentina (Página oficial aquí), quienes el 21 de enero emitieron un comunicado de prensa aclarando la situación de Macarena para hacer pública su lucha: lograr el reconocimiento por parte de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A.) de la relación laboral profesional sin discriminación por condición de género, entendido como un derecho humano fundamental. Se puede ver el comunicado oficial publicado por la jugadora (aquí) y las distintas coberturas de los medios internacionales (aquí).

El camino de la revolución ha empezado: las mujeres ya habitamos espacios impensados hasta hace unos pocos años atrás. Lo celebramos y creemos que ése es el camino de la igualdad real. Pero también queremos dejar una reflexión acerca de esto, porque estamos convencidas de que el feminismo tiene que ser crítico y reflexivo, y para ello nos remontaremos a la historia de la primera ola del feminismo, que nos servirá de guía.

La primera ola del feminismo o "feminismo de la igualdad" tuvo su origen en Gran Bretaña principalmente con el movimiento de las sufragistas con su reivindicación por el derecho al voto femenino. Ya desde la Revolución Francesa (1789) las mujeres se alzaron contra los revolucionarios varones exigiendo los derechos que les fueron negados. Una de ellas fue Mary Wollstonecraft, quien en su obra "Vindicación de los Derechos de la Mujer" escribe a la Asamblea Nacional exigiendo que la Constitución Francesa otorgue derechos a las mujeres. Su reclamo era de acceso a los derechos de la ciudadanía al igual que sus pares varones. Por este motivo se lo llama feminismo de la igualdad: es el reclamo de las mujeres por acceder a los mismos derechos que tenían los varones. Los escritos de Mary como el de tantas otras mujeres de la Ilustración, estaban orientados a fundamentar por qué ellas eran dignas de esos derechos de ciudadanía y por qué la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" no las incluía a ellas, destacando lo patriarcal del concepto de "ciudadano universal". Aún así, todas las feministas ilustradas destacan las diferencias respecto de los varones, es decir, que si bien reclaman el acceso a los derechos de ciudadanía en pie de igualdad, no se consideran iguales. Wollstonecraft afirma que las mujeres no son iguales dada la educación diferencial que reciben respecto de ellos. Por este motivo, su obra es un tratado por el acceso a la educación en iguales condiciones para ambos sexos.

Lo que nos interesa destacar, es el análisis realizado hacia fines de la década de los 80' por Carole Pateman. En su obra "El Contrato Sexual" realiza un análisis de la obra de la francesa a lo que denomina "el dilema Wollstonecraft", en el que destaca lo paradojal del reclamo: por un lado las feministas de la igualdad reclaman acceso a los derechos de ciudadanía en igualdad de condiciones que los varones, pero reconociendo el carácter patriarcal del ciudadano. Asimismo, piden el reconocimiento de las particularidades de las mujeres. La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo pedir reconocimiento a una categoría que ya te excluyó desde su matriz?

¿Cómo relacionamos esto con el fútbol? Entendemos que a lo largo de su historia, el fútbol ha nacido como un espacio masculino per se. Eso significa que ha alojado intrínsecamente el pacto masculino. A tal punto de que la pertenencia al pacto de masculinidad por parte de los varones está dado por el gusto del fútbol. Asimismo, bien conocida es la relación de este deporte con la violencia y con grupos de barras bravas con intereses que van más allá del simple juego (consideramos aquí particularmente el caso argentino).

El interrogante que nos planteamos en este artículo es ¿qué podemos aportar nosotras como mujeres e identidades disidentes en este momento histórico de profesionalización del fútbol femenino? Y con esto no queremos decir que debamos jugar de color rosa. Lo que queremos decir es que entendemos que en este momento histórico tenemos mucho como mujeres como para des instalar de estos espacios patriarcales tanta praxis machista.

Creemos que es momento de hacer historia construyendo lo que tengamos para aportar, que seguro NO es lo que el patriarcado dijo de nosotras: no somos las femeninas, las delicadas, las frágiles, las débiles, las lloronas, las princesas. Seremos lo que queramos ser. Pero no en un mundo machista.

Este fragmento de Kornegger nos resume: "Lo que interesa a las feministas es un proceso de destrucción mental que, asentado en la actitud de dominación hacia el mundo exterior que protagonizan los varones, sólo permite relaciones sujeto/objeto. La política masculina tradicional reduce a los seres humanos a la condición de objetos para a continuación dominarlos y manipularlos con fines 'abstractos'. Las mujeres, por otra parte, intentan desarrollar la conciencia 'del otro' en todos los ámbitos. (...) Juntas trabajamos para expandir nuestra empatía, aprender de otros seres vivos e identificarnos con esas entidades que están fuera de nosotras, en vez de dejarnos cosificar y manipular. (...) Las mujeres están intentando liberarse de semejantes divisiones, para vivir en armonía con el universo entendido como un todo, con los seres humanos dedicados a la tarea de cicatrizar nuestras heridas y cismas individuales".

Ya nuestras ancestras nos fueron marcando el camino, por eso tanto en el fútbol como en cada espacio histórico masculino, sigamos revolucionando y haciendo historia.

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Referencias

1. WOLLSTONECRAFT, Mary. Vindicación de los derechos de la mujer. Ediciones Cátedra, 2018.
2. PATEMAN, Carole; ROMERO, Maria-Xosé Agra. El contrato sexual. Anthropos Editorial, 1995.
3. KORNEGGER, Peggy en TAIBO, Carlos, “Libertari@s. Antología de anarquistas y afines para uso de las generaciones más jóvenes, y de las que no lo son tanto” Ed. Los Libros de la Catarata, Madrid. 2017. Págs. 158/159

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