Romper con los Cánones y Luchar por la Autoestima

March 15, 2023
Columna
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Desde niñas nos enseñan a cumplir unos patrones de belleza insaciables y en constante cambio. Nos presionan para que consciente o inconscientemente adoptemos una estética que debe ser validada por el sistema patriarcal y que solo produce un estado incesante de autoevaluación y dificultad para lograr la aceptación propia.

No es casualidad que nuestro nivel de autoexigencia sea muy superior al de los hombres en todas las áreas de la vida, y nos cueste más perdonarnos, ya que siempre se espera que seamos perfectas y admirables, lo que degenera es una deficiencia de autoestima.

Así, cuando formalizamos esos prototipos asumimos que nuestro deber está cumplido y la autovaloración llega a ser mucho más positiva, pero la realidad es que se trata de un proceso insaciable y vicioso, pues la socialización femenina está en constante cuestionamiento y los propios estereotipos son los que nos agreden toda la vida. De igual manera cuando nos sentimos satisfechas por cumplir los estereotipos de género no es una valoración propia de una misma con su físico, sino con lo que la sociedad cree correcto para cada mujer, haciendo que esta se vea distorsionada.

Con lo que llegamos a sentir y a experimentar una sensación que nos produce sentimientos encontrados entre lo que necesitamos y lo que se espera de nosotras, tras un cuestionamiento constante, y se nos define como personas imperfectas que siempre necesitan de un varón para poder definirse y redefinirse. Con ello, lo que los hombres y el sistema espera de nosotras pasa a ser una imposición y no una opción.

De igual manera, cuando asumimos que la autoestima  no es individual sino social y que las mujeres desde un inicio partimos de una valoración del mundo exterior, tanto física como mental, inferior a la de los hombres; y que nuestra educación tiene como base el control, el miedo, la vergüenza, la culpa y la dependencia, llegamos a una etapa en la que sentimos y experimentamos un fuerte cuestionamiento propio entre lo que se espera y lo que necesitamos: ponemos en duda como gestionamos nuestra vida hasta ese momento, pero con una lente crítica hacia el mundo exterior. Nos preguntamos cómo es posible que demos más poder a un sistema patriarcal opresor, hasta el punto de odiarnos y sabotearnos a nosotras mismas, pero solo así alcanzamos una mayor autoconciencia, descubrimos como somos realmente fuera de los marcos estereotipados, qué vida queremos vivir de forma individual y acompañadas.

También así se logra un camino nuevo para muchas otras mujeres que necesitan una red de apoyo para iniciar su ruptura con el sistema social y patriarcal que dicta constantemente cómo ser y todas juntas rechazar toda opinión externa que nos obliga a odiarnos.

Romper con los Cánones y Luchar por la Autoestima

Columna
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March 9, 2023

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Desde niñas nos enseñan a cumplir unos patrones de belleza insaciables y en constante cambio. Nos presionan para que consciente o inconscientemente adoptemos una estética que debe ser validada por el sistema patriarcal y que solo produce un estado incesante de autoevaluación y dificultad para lograr la aceptación propia.

No es casualidad que nuestro nivel de autoexigencia sea muy superior al de los hombres en todas las áreas de la vida, y nos cueste más perdonarnos, ya que siempre se espera que seamos perfectas y admirables, lo que degenera es una deficiencia de autoestima.

Así, cuando formalizamos esos prototipos asumimos que nuestro deber está cumplido y la autovaloración llega a ser mucho más positiva, pero la realidad es que se trata de un proceso insaciable y vicioso, pues la socialización femenina está en constante cuestionamiento y los propios estereotipos son los que nos agreden toda la vida. De igual manera cuando nos sentimos satisfechas por cumplir los estereotipos de género no es una valoración propia de una misma con su físico, sino con lo que la sociedad cree correcto para cada mujer, haciendo que esta se vea distorsionada.

Con lo que llegamos a sentir y a experimentar una sensación que nos produce sentimientos encontrados entre lo que necesitamos y lo que se espera de nosotras, tras un cuestionamiento constante, y se nos define como personas imperfectas que siempre necesitan de un varón para poder definirse y redefinirse. Con ello, lo que los hombres y el sistema espera de nosotras pasa a ser una imposición y no una opción.

De igual manera, cuando asumimos que la autoestima  no es individual sino social y que las mujeres desde un inicio partimos de una valoración del mundo exterior, tanto física como mental, inferior a la de los hombres; y que nuestra educación tiene como base el control, el miedo, la vergüenza, la culpa y la dependencia, llegamos a una etapa en la que sentimos y experimentamos un fuerte cuestionamiento propio entre lo que se espera y lo que necesitamos: ponemos en duda como gestionamos nuestra vida hasta ese momento, pero con una lente crítica hacia el mundo exterior. Nos preguntamos cómo es posible que demos más poder a un sistema patriarcal opresor, hasta el punto de odiarnos y sabotearnos a nosotras mismas, pero solo así alcanzamos una mayor autoconciencia, descubrimos como somos realmente fuera de los marcos estereotipados, qué vida queremos vivir de forma individual y acompañadas.

También así se logra un camino nuevo para muchas otras mujeres que necesitan una red de apoyo para iniciar su ruptura con el sistema social y patriarcal que dicta constantemente cómo ser y todas juntas rechazar toda opinión externa que nos obliga a odiarnos.

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