Testimonios de Mujeres Indígenas en Contextos Migratorios: Liderazgos e Identidades Colectivas y de Género

June 30, 2020
Columna
por:
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Foto: Bernardo Ramonfaur

Es importante el testimonio, ya que la recolección de la primera voz a través de la experiencia personal aporta una visión distinta, así pues Testimonios de Mujeres Indígenas en Contextos Migratorios: Liderazgos e identidades colectivas y de Género presenta a Cielo Gómez, Ofelia Pérez Ruiz, Erika Candia Juárez, Juana Domínguez Flores, Genoveva Díaz Altamirano y Lorenza Gutiérrez como protagonistas de diferentes sucesos en los cuales no observaron, actuaron.

Cielo Gómez vivió en Tenejapa, Chiapas, en la actualidad vive en Tampa, Florida. Migró con la intención de buscar una estabilidad económica, pero en el transcurso conoció la necesidad de la comunidad de donde habita, ya que la mayoría es gente inmigrante, en específico de San Juan Chamula, así pues hablan tzotzil, el español lo entienden poco, el inglés no lo hablan, por lo tanto las personas no podían comunicarse para expresar dudas o arreglar alguna documentación. El esposo de Cielo Gómez fue contactado por algunos integrantes de la comunidad que habitaba en Tampa, para solicitarle que le comentará a su esposa: “Oye, dile a tu esposa que nos lea esta carta o que nos ayude a traducir”, así fue como Cielo comenzó a ser una persona importante dentro de la comunidad de inmigrantes. Posteriormente hubo otro acercamiento con Rhosby Barker para organizar el nacimiento de la Casa Chiapas Tampa.

Ofelia Pérez Ruiz habita en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, colabora con FOCA A.C., (Formación y Capacitación A. C.). Ella es consciente de los cambios enuncia: “Ha habido muchas mujeres que migran, no precisamente a Estados Unidos sino aquí también a los estados de México, pues se ha migrado por las necesidades que tienen porque muchas de ellas no tienen ni dónde trabajar en sus propias comunidades”. Así pues lo anterior dificulta ser atendida en un servicio médico, ya que la mayoría siente pudor, o no habla español, o no hay un dispensario médico donde puedan atenderse, por lo tanto Ofelia trabaja con lo referente a la salud sexual y reproductiva, enfocando la atención hacia las mujeres indígenas.

Erika Candia Juárez, abogada, originaria de Cahuatache, posteriormente migró al municipio Tlapa de Comonfort, en el estado de Guerrero. Sobre la migración expone: 

Lo negativo es que pienso que la migración desestructura a la comunidad. Por ejemplo y retomando nuevamente ese ejemplo de los compañeros que se van para Estados Unidos, muchas veces cuando ellos se van tienen un pensamiento de hacer muchas cosas buenas y por una parte sí lo hacen, pero por otra parte se aculturan, cuando regresan ya llevan otro pensamiento; lo que más se ha dado ahí en la comunidad son otras formas de organizarse entre los jóvenes, pero esto es negativo porque empiezan a hacer bandas como de niños, que no hacen nada, allá les llamamos cholos, y eso es la parte negativa de la migración.

Ha colaborado con la Red de Mujeres Jóvenes Indígenas y Afromexicanas (REMJINA), en donde informa a las mujeres de las comunidades sobre los derechos sexuales y reproductivos, ya que hubo un alto registro de mortalidad materna.

Juana Domínguez Flores, nació en Ayotzinapa, municipio de Tlapa en Comonfort, en el estado de Guerrero, como mujer indígena pensó: “[…] no nada más mi esposo tiene derecho, yo también tengo mi derecho, me puedo defender yo misma”. Así comenzó el cambio, el cual no es fácil, pues comparte: “A veces y hasta ahora me tienen envidia los hombres, dicen que yo mal aconsejo a las mujeres…”, en efecto un consejo puede hacer un cambio para el bienestar de la población, pues Juana al conocer sus derechos ha apoyado al informar a otras mujeres sobre éstos.

Genoveva Díaz Altamirano, procede de Coyul, Lajarcia y emigró a la capital de Oaxaca, expone: “Empecé a hacer el proyecto (de equidad de género para el FIOB) muy sencillo, a la forma de como nos expresamos naturalmente, y otra compañera me ayudó a darle forma. Lo presentamos al compañero Rufino, que en ese entonces era el coordinador binacional de la organización del FIOB (Frente Indígena de Organizaciones Binacionales), dijo que sí estaba bien la idea y que lo iban a checar; posteriormente él nos ayudó a darle mejor redacción”. Así comenzó el proyecto que promovió los derechos humanos de las mujeres, con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, quien financió parte de las actividades.

Lorenza Gutiérrez Gómez, vivió en Santa María Tlahuitoltepec Mixe, en el estado de Oaxaca, posteriormente migró a la Ciudad de México. Es una mujer que lucha por los derechos laborales de las trabajadoras del hogar. Comenta: “Las compañeras con las que tenemos contacto vienen de comunidades indígenas; en ciertos lugares hay empleadores que dicen que no puedes hablar tu lengua, en el metro te discriminan porque llevas tu traje. Nosotras nos dedicamos a promover esos derechos que tenemos como trabajadoras, pero no solamente como trabajadoras sino como seres humanos, como mujeres indígenas”. Así Lorenza comienza a enunciar la importancia del reconocimiento del otro, pues vivió la discriminación, así como la violación de sus derechos como empleada.

Este libro permite acercarnos a las seis mujeres para conocer cómo llegaron a solucionar los obstáculos que enfrentaron. Testimonios de Mujeres Indígenas en Contextos Migratorios: Liderazgos e identidades colectivas y de Género, fue publicado en el 2014, con el apoyo de Fundación Ford, los principales promotores de la difusión del documento fue hecho por el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, A.C., además nos presenta a Natalia Flores Garrido como autora. 


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Foto: Bernardo Ramonfaur

Es importante el testimonio, ya que la recolección de la primera voz a través de la experiencia personal aporta una visión distinta, así pues Testimonios de Mujeres Indígenas en Contextos Migratorios: Liderazgos e identidades colectivas y de Género presenta a Cielo Gómez, Ofelia Pérez Ruiz, Erika Candia Juárez, Juana Domínguez Flores, Genoveva Díaz Altamirano y Lorenza Gutiérrez como protagonistas de diferentes sucesos en los cuales no observaron, actuaron.

Cielo Gómez vivió en Tenejapa, Chiapas, en la actualidad vive en Tampa, Florida. Migró con la intención de buscar una estabilidad económica, pero en el transcurso conoció la necesidad de la comunidad de donde habita, ya que la mayoría es gente inmigrante, en específico de San Juan Chamula, así pues hablan tzotzil, el español lo entienden poco, el inglés no lo hablan, por lo tanto las personas no podían comunicarse para expresar dudas o arreglar alguna documentación. El esposo de Cielo Gómez fue contactado por algunos integrantes de la comunidad que habitaba en Tampa, para solicitarle que le comentará a su esposa: “Oye, dile a tu esposa que nos lea esta carta o que nos ayude a traducir”, así fue como Cielo comenzó a ser una persona importante dentro de la comunidad de inmigrantes. Posteriormente hubo otro acercamiento con Rhosby Barker para organizar el nacimiento de la Casa Chiapas Tampa.

Ofelia Pérez Ruiz habita en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, colabora con FOCA A.C., (Formación y Capacitación A. C.). Ella es consciente de los cambios enuncia: “Ha habido muchas mujeres que migran, no precisamente a Estados Unidos sino aquí también a los estados de México, pues se ha migrado por las necesidades que tienen porque muchas de ellas no tienen ni dónde trabajar en sus propias comunidades”. Así pues lo anterior dificulta ser atendida en un servicio médico, ya que la mayoría siente pudor, o no habla español, o no hay un dispensario médico donde puedan atenderse, por lo tanto Ofelia trabaja con lo referente a la salud sexual y reproductiva, enfocando la atención hacia las mujeres indígenas.

Erika Candia Juárez, abogada, originaria de Cahuatache, posteriormente migró al municipio Tlapa de Comonfort, en el estado de Guerrero. Sobre la migración expone: 

Lo negativo es que pienso que la migración desestructura a la comunidad. Por ejemplo y retomando nuevamente ese ejemplo de los compañeros que se van para Estados Unidos, muchas veces cuando ellos se van tienen un pensamiento de hacer muchas cosas buenas y por una parte sí lo hacen, pero por otra parte se aculturan, cuando regresan ya llevan otro pensamiento; lo que más se ha dado ahí en la comunidad son otras formas de organizarse entre los jóvenes, pero esto es negativo porque empiezan a hacer bandas como de niños, que no hacen nada, allá les llamamos cholos, y eso es la parte negativa de la migración.

Ha colaborado con la Red de Mujeres Jóvenes Indígenas y Afromexicanas (REMJINA), en donde informa a las mujeres de las comunidades sobre los derechos sexuales y reproductivos, ya que hubo un alto registro de mortalidad materna.

Juana Domínguez Flores, nació en Ayotzinapa, municipio de Tlapa en Comonfort, en el estado de Guerrero, como mujer indígena pensó: “[…] no nada más mi esposo tiene derecho, yo también tengo mi derecho, me puedo defender yo misma”. Así comenzó el cambio, el cual no es fácil, pues comparte: “A veces y hasta ahora me tienen envidia los hombres, dicen que yo mal aconsejo a las mujeres…”, en efecto un consejo puede hacer un cambio para el bienestar de la población, pues Juana al conocer sus derechos ha apoyado al informar a otras mujeres sobre éstos.

Genoveva Díaz Altamirano, procede de Coyul, Lajarcia y emigró a la capital de Oaxaca, expone: “Empecé a hacer el proyecto (de equidad de género para el FIOB) muy sencillo, a la forma de como nos expresamos naturalmente, y otra compañera me ayudó a darle forma. Lo presentamos al compañero Rufino, que en ese entonces era el coordinador binacional de la organización del FIOB (Frente Indígena de Organizaciones Binacionales), dijo que sí estaba bien la idea y que lo iban a checar; posteriormente él nos ayudó a darle mejor redacción”. Así comenzó el proyecto que promovió los derechos humanos de las mujeres, con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, quien financió parte de las actividades.

Lorenza Gutiérrez Gómez, vivió en Santa María Tlahuitoltepec Mixe, en el estado de Oaxaca, posteriormente migró a la Ciudad de México. Es una mujer que lucha por los derechos laborales de las trabajadoras del hogar. Comenta: “Las compañeras con las que tenemos contacto vienen de comunidades indígenas; en ciertos lugares hay empleadores que dicen que no puedes hablar tu lengua, en el metro te discriminan porque llevas tu traje. Nosotras nos dedicamos a promover esos derechos que tenemos como trabajadoras, pero no solamente como trabajadoras sino como seres humanos, como mujeres indígenas”. Así Lorenza comienza a enunciar la importancia del reconocimiento del otro, pues vivió la discriminación, así como la violación de sus derechos como empleada.

Este libro permite acercarnos a las seis mujeres para conocer cómo llegaron a solucionar los obstáculos que enfrentaron. Testimonios de Mujeres Indígenas en Contextos Migratorios: Liderazgos e identidades colectivas y de Género, fue publicado en el 2014, con el apoyo de Fundación Ford, los principales promotores de la difusión del documento fue hecho por el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, A.C., además nos presenta a Natalia Flores Garrido como autora. 


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