Ecofeminismo: Luchas de la Naturaleza Femenina

June 10, 2019
Columna
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Foto: Pixaby

“El ecofeminismo es un movimiento que ve una conexión entre la explotación y la degradación del mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres. Emergió a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde. El ecofeminismo une elementos del feminismo y del ecologismo, pero ofrece a la vez un desafío para ambos. Del movimiento verde toma su preocupación por el impacto de las actividades humanas en el mundo inanimado y del feminismo toma la visión de género de la humanidad, en el sentido que subordina, explota y oprime a las mujeres".

Unos años atrás:  

Simone de Beauvoir, en “El Segundo Sexo” de 1949, expone la exclusión de las mujeres del mundo de lo público realizando a través de la conceptualización de la Mujer como Alteridad, como Naturaleza, como Vida Cíclica casi inconsciente, por parte del Hombre (varón) que se reservaba los beneficios de la civilización. Lo que apenas deja en visto que el los estereotipos de mujer y hombre se han ido construyendo a partir de factores de poder, políticos, económicos y de la naturaleza.

Françoise d'Eaubonne fue la mujer quien introdujo el término por primera vez hacía 1974. Sin embargo, este se popularizó en el contexto de las numerosas protestas y actividades contra la destrucción del medio ambiente, iniciadas por la chispa de los repetidos desastres ecológicos.

En Estados Unidos, una fusión accidental del núcleo del reactor de Three Mile Island generó que un gran número de mujeres a reunirse para pensar sobre el Medio Ambiente en la primera conferencia ecofeminista “Mujeres y Vida en la Tierra: Conferencia sobre el ecofeminismo en los ochenta”, celebrada en marzo de 1980 en Amherst. De la misma, surgieron ideas sobre la conexión entre el feminismo, la militarización, el arte de sanar y la ecología.

Posteriormente, el término se ha ido expandiendo por todo el mundo y hoy en día, es un concepto adoptado por muchas mujeres y hombres que buscan resaltar el rol de la mujer en el cuidado ambiental.

Aportes de la mujer en el ambientalismo

Las aportaciones de dos pensamientos críticos como lo es el feminismo y la ecología, generan una oportunidad para que haya cambios en el paradigma patriarcal del hombre amo y guerrero. Es decir, las mujeres también son capaces de hacer y ofrecer servicios del cuidado ambiental. Las tareas y labores de fuerza en el campo pueden ser totalmente ejercidas por las mujeres, además que tienen el conocimiento sobre el uso de los productos de la tierra para la alimentación y otras funciones.

Las mujeres buscan modelos 100% renovables y responsables en el uso de procesos altamente contaminantes. Luchan por el cuidado de los recursos naturales, tienen práctica y conocimiento en modelos sostenibles, son líderes en la protección ambiental y hay muchos ejemplos en el mundo.

“Hoy en día hay muchas mujeres de los pueblos originarios, por ejemplo, de América Latina, que resisten ante la devastación producida por la megaminería y los cultivos transgénicos. Están dando la cara muchas veces cuando los hombres han muerto o han tenido que huir, y ellas son las que tienen que seguir defendiendo el territorio”.

En el ámbito personal, podemos destacar el uso de la copa menstrual. El hábito y costumbre de usar otros medios cuando tenemos la menstruación está ligado al uso de productos altamente contaminantes por sus largos tiempos de descomposición. En cambio, la copa menstrual puede usarse por un año, es fácil y requiere solo lavarse para ser reutilizable. La llevo usando alrededor de un año y ha sido bastante gratificante aportar al planeta y se reducen costos.

Las mujeres ecofeministas en Colombia

Hay muchas mujeres ambientalistas y líderes en distintas regiones del país. El objetivo de una sostenibilidad ambiental busca proteger el bien más sagrado: el agua. Consideran que es a partir del agua que se recogen frutos y bienestar por parte de la naturaleza: sin agua no hay vida.

Las mujeres buscan la defensa del territorio sin separarlo del ambiente, esto implica generar cultura del cuidado sobre los distintos ecosistemas. Lo que significa ser mujer y líder comunitaria implica realizar procesos de visibilización y recoger formas tradicionales de generaciones para compartir saberes y enseñarle a nuevas generaciones lo que sirve y lo que no en el cuidado ambiental.

Por ejemplo, en la zona del Pacífico y departamento del Chocó, tiene objetivo tener vivo el conocimiento tradicional, función de recopilar información ancestral como medicina, lengua, y tienen el reto de caminar sin recursos.

Sabemos que las mujeres a nivel afro son el pilar del hogar por el sistema patriarcal, la educación del hogar, de una u otra manera tenemos un puesto importante donde el hombre las escucha. Las mujeres que han vivido la violencia son muy fuertes al estar impedidas por muchas cosas como por ejemplo decidir sobre ser o no parte de movimientos activistas por el medio ambiente, han tenido la fortaleza de no rendirse.

Otro ejemplo, en una zona diferente es en la Amazonía, donde los pueblos son los guardianes, territorio visto desde la cosmovisión de un punto holístico. Allí las mujeres toman un rol de sabias y son comunicadoras del mensaje de considerar la naturaleza como un todo y por tanto, requiere de mayor cuidado que incluso el mismo ser humano.

Si bien hay muchas mujeres y líderes reconocidas a nivel ambiental y en los territorios, falta romper machismos en las comunidades de distintas regiones del país, y en las zonas urbanas demostrar que las mujeres también tienen hábitos a favor del cuidado ambiental. La defensa del medio ambiente debe ser activismo proveniente de cualquier sector.

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REFERENCIA

1."Feminismo y Ecología", por Mary Mellor, New York University Press, 1997, p.1

2. Alicia Pule, Doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valladolid.

Ecofeminismo: Luchas de la Naturaleza Femenina

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April 15, 2019

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“El ecofeminismo es un movimiento que ve una conexión entre la explotación y la degradación del mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres. Emergió a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde. El ecofeminismo une elementos del feminismo y del ecologismo, pero ofrece a la vez un desafío para ambos. Del movimiento verde toma su preocupación por el impacto de las actividades humanas en el mundo inanimado y del feminismo toma la visión de género de la humanidad, en el sentido que subordina, explota y oprime a las mujeres".

Unos años atrás:  

Simone de Beauvoir, en “El Segundo Sexo” de 1949, expone la exclusión de las mujeres del mundo de lo público realizando a través de la conceptualización de la Mujer como Alteridad, como Naturaleza, como Vida Cíclica casi inconsciente, por parte del Hombre (varón) que se reservaba los beneficios de la civilización. Lo que apenas deja en visto que el los estereotipos de mujer y hombre se han ido construyendo a partir de factores de poder, políticos, económicos y de la naturaleza.

Françoise d'Eaubonne fue la mujer quien introdujo el término por primera vez hacía 1974. Sin embargo, este se popularizó en el contexto de las numerosas protestas y actividades contra la destrucción del medio ambiente, iniciadas por la chispa de los repetidos desastres ecológicos.

En Estados Unidos, una fusión accidental del núcleo del reactor de Three Mile Island generó que un gran número de mujeres a reunirse para pensar sobre el Medio Ambiente en la primera conferencia ecofeminista “Mujeres y Vida en la Tierra: Conferencia sobre el ecofeminismo en los ochenta”, celebrada en marzo de 1980 en Amherst. De la misma, surgieron ideas sobre la conexión entre el feminismo, la militarización, el arte de sanar y la ecología.

Posteriormente, el término se ha ido expandiendo por todo el mundo y hoy en día, es un concepto adoptado por muchas mujeres y hombres que buscan resaltar el rol de la mujer en el cuidado ambiental.

Aportes de la mujer en el ambientalismo

Las aportaciones de dos pensamientos críticos como lo es el feminismo y la ecología, generan una oportunidad para que haya cambios en el paradigma patriarcal del hombre amo y guerrero. Es decir, las mujeres también son capaces de hacer y ofrecer servicios del cuidado ambiental. Las tareas y labores de fuerza en el campo pueden ser totalmente ejercidas por las mujeres, además que tienen el conocimiento sobre el uso de los productos de la tierra para la alimentación y otras funciones.

Las mujeres buscan modelos 100% renovables y responsables en el uso de procesos altamente contaminantes. Luchan por el cuidado de los recursos naturales, tienen práctica y conocimiento en modelos sostenibles, son líderes en la protección ambiental y hay muchos ejemplos en el mundo.

“Hoy en día hay muchas mujeres de los pueblos originarios, por ejemplo, de América Latina, que resisten ante la devastación producida por la megaminería y los cultivos transgénicos. Están dando la cara muchas veces cuando los hombres han muerto o han tenido que huir, y ellas son las que tienen que seguir defendiendo el territorio”.

En el ámbito personal, podemos destacar el uso de la copa menstrual. El hábito y costumbre de usar otros medios cuando tenemos la menstruación está ligado al uso de productos altamente contaminantes por sus largos tiempos de descomposición. En cambio, la copa menstrual puede usarse por un año, es fácil y requiere solo lavarse para ser reutilizable. La llevo usando alrededor de un año y ha sido bastante gratificante aportar al planeta y se reducen costos.

Las mujeres ecofeministas en Colombia

Hay muchas mujeres ambientalistas y líderes en distintas regiones del país. El objetivo de una sostenibilidad ambiental busca proteger el bien más sagrado: el agua. Consideran que es a partir del agua que se recogen frutos y bienestar por parte de la naturaleza: sin agua no hay vida.

Las mujeres buscan la defensa del territorio sin separarlo del ambiente, esto implica generar cultura del cuidado sobre los distintos ecosistemas. Lo que significa ser mujer y líder comunitaria implica realizar procesos de visibilización y recoger formas tradicionales de generaciones para compartir saberes y enseñarle a nuevas generaciones lo que sirve y lo que no en el cuidado ambiental.

Por ejemplo, en la zona del Pacífico y departamento del Chocó, tiene objetivo tener vivo el conocimiento tradicional, función de recopilar información ancestral como medicina, lengua, y tienen el reto de caminar sin recursos.

Sabemos que las mujeres a nivel afro son el pilar del hogar por el sistema patriarcal, la educación del hogar, de una u otra manera tenemos un puesto importante donde el hombre las escucha. Las mujeres que han vivido la violencia son muy fuertes al estar impedidas por muchas cosas como por ejemplo decidir sobre ser o no parte de movimientos activistas por el medio ambiente, han tenido la fortaleza de no rendirse.

Otro ejemplo, en una zona diferente es en la Amazonía, donde los pueblos son los guardianes, territorio visto desde la cosmovisión de un punto holístico. Allí las mujeres toman un rol de sabias y son comunicadoras del mensaje de considerar la naturaleza como un todo y por tanto, requiere de mayor cuidado que incluso el mismo ser humano.

Si bien hay muchas mujeres y líderes reconocidas a nivel ambiental y en los territorios, falta romper machismos en las comunidades de distintas regiones del país, y en las zonas urbanas demostrar que las mujeres también tienen hábitos a favor del cuidado ambiental. La defensa del medio ambiente debe ser activismo proveniente de cualquier sector.

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REFERENCIA

1."Feminismo y Ecología", por Mary Mellor, New York University Press, 1997, p.1

2. Alicia Pule, Doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valladolid.

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