Mujer y Apropiación Territorial: Medio Ambiente y Género en el Desarrollo

November 29, 2021
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“…las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los Derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer”.

Es necesario empezar la presente columna con el preámbulo de la Declaración de los Derechos de la Mujer, escrita por la activista revolucionaria Olimpia De Gouges en 1791, en el marco de la construcción del ideal de emancipación de la mujer francesa. Lo anterior debido a que, a partir de la premisa de que el proyecto liberador e igualitario de la Revolución Francesa no tuvo en cuenta las exigencias propias de las mujeres como sujetos de Derechos, se puede explicar la evolución histórica que ha tenido la exigibilidad de estos, y las disparidades sociales que han ubicado a la mujer en una situación permanente de subordinación frente a las exigencias de su participación entorno a lo público.

A nivel actual, esta situación se sigue perpetuando en la medida que la transversalización del enfoque de género dentro de los diferentes espacios de discusión se evidencia como una exigencia secundaria, que se debe discutir de manera independiente y fuera de los canales formales, un claro ejemplo de esto es el papel de la mujer en las dinámicas medioambientales y de desarrollo.

Teniendo en cuenta el contexto previo, es necesario mencionar que no fue sino hasta la década de los 70´s donde se empieza a visualizar la posición de la mujer dentro de las dinámicas del desarrollo, manifestándose una consciencia y un reconocimiento de su marginación en torno a su participación en este tipo de debates, y entendiendo que, sin ella, y el valor de su trabajo, no se podría hablar de desarrollo sostenible.

Es de esta manera como surge el enfoque MED (Mujeres en el desarrollo) con el objetivo de vincular a las mujeres de manera funcional a las estrategias de desarrollo previamente existentes, pero el enfoque mostró ciertas debilidades al querer generar soluciones parciales a fenómenos estructuralmente complejos, y al tratar a la mujer de una manera aislada e independiente, desconociendo la importancia de las relaciones de poder, y de los conflictos existentes entre las relaciones de género. Es así como surgió, a finales de los 70´s el enfoque GED (Género en el desarrollo).

El enfoque GED, tal y como fue propuesto, parte del reconocimiento de la situación de subordinación de las mujeres dentro de las dinámicas sociales, políticas, etc, y busca generar escenarios de empoderamiento que permitan la satisfacción de las necesidades propias del género, consolidando escenarios de cambio que permitan superar desigualdades estructurales. Este enfoque ha sido sumamente útil en las reivindicaciones de derechos de las mujeres, y ha funcionado como un importante mecanismo de sostenimiento y crecimiento económico, para sociedades cuya base es la agricultura, por ejemplo, el caso del movimiento Cinturón Verde, creado en Kenia en 1977.

El enfoque GED reconoce el hecho de que las diferencias de género determinan el conocimiento y la gestión de los recursos naturales, de igual forma, entiende que el grado de afectación entre hombres y mujeres es distinto partiendo de una fuerte crítica al modelo de desarrollo dominante, que en principio debería velar por un mayor desarrollo humano, sostenible y equitativo. Frente a esto, es claro que la aplicación de políticas medio ambientales, de inversión agrícola y de participación social en el campo, funcionan de una mejor manera si se atiende al enfoque GED, entendiendo que las mujeres son más propensas y vulnerables a fenómenos como la “Feminización de la pobreza rural”, debido a que cuentan con un menor acceso a recursos productivos, menor acceso a la información, a la conformación de canales interinstitucionales y a servicios básicos.

Es claro que, debido a la importancia de las actividades diarias en áreas rurales, las mujeres tienen una relación más cercana con el uso y manejo de los recursos naturales, de igual forma existe una mayor dependencia a los mismos. Como lo mencionaba previamente, un caso exitoso dentro de la aplicación de este enfoque es el movimiento Cinturón Verde creado por el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia, quienes queriendo contrarrestar la creciente desertificación de la región, restablecer la salud del suelo y brindarle una mayor protección a sus cuencas hidrográficas, lograron consolidar estrategias sumamente valiosas tanto a nivel de protección, como a nivel de producción y autosuficiencia, convirtiéndose en un hito en materia de protección medioambiental.

Es a raíz de esto que, considero importante atender a la relevancia práctica de este enfoque, asumiendo que Colombia es un país de una cultura agrícola fuertemente marcada que debería construir escenarios de política más incluyentes para la población rural, especialmente para las mujeres rurales que se ven doblemente discriminadas, y mayormente afectadas por su condición.

Ya se han comenzado a ver esfuerzos en el caso centroamericano, donde las políticas agrícolas empezaron a ser constituidas a través de una evaluación del enfoque de género dentro de las mismas, es un avance, en principio, que debería inspirar a otros gobiernos a consolidar los canales adecuados para garantizar espacios de participación y de antemano, adaptarse a un cúmulo de exigencias que históricamente ha desconocido. Mientras tanto, nosotros en nuestro día a día, debemos visibilizar las exigencias de la mujer como un todo, no como una reclamación de un grupo en particular, pues el hecho de desconocer que existen relaciones de género desiguales nos pone en la misma posición de aquellos que redactaron la “Declaración de los Derechos del Hombre”, creyendo que también estaban vinculando las reivindicaciones exigidas por las mujeres, cuando en ningún momento fueron vistas como exigencias imperativas, sino secundarias.


Referencias externas

¿Cómo ha evolucionado el enfoque deMujeres en el Desarrollo (MED) a Género en el Desarrollo(GED)? Ver


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Mujer y Apropiación Territorial: Medio Ambiente y Género en el Desarrollo

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November 15, 2018

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“…las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los Derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer”.

Es necesario empezar la presente columna con el preámbulo de la Declaración de los Derechos de la Mujer, escrita por la activista revolucionaria Olimpia De Gouges en 1791, en el marco de la construcción del ideal de emancipación de la mujer francesa. Lo anterior debido a que, a partir de la premisa de que el proyecto liberador e igualitario de la Revolución Francesa no tuvo en cuenta las exigencias propias de las mujeres como sujetos de Derechos, se puede explicar la evolución histórica que ha tenido la exigibilidad de estos, y las disparidades sociales que han ubicado a la mujer en una situación permanente de subordinación frente a las exigencias de su participación entorno a lo público.

A nivel actual, esta situación se sigue perpetuando en la medida que la transversalización del enfoque de género dentro de los diferentes espacios de discusión se evidencia como una exigencia secundaria, que se debe discutir de manera independiente y fuera de los canales formales, un claro ejemplo de esto es el papel de la mujer en las dinámicas medioambientales y de desarrollo.

Teniendo en cuenta el contexto previo, es necesario mencionar que no fue sino hasta la década de los 70´s donde se empieza a visualizar la posición de la mujer dentro de las dinámicas del desarrollo, manifestándose una consciencia y un reconocimiento de su marginación en torno a su participación en este tipo de debates, y entendiendo que, sin ella, y el valor de su trabajo, no se podría hablar de desarrollo sostenible.

Es de esta manera como surge el enfoque MED (Mujeres en el desarrollo) con el objetivo de vincular a las mujeres de manera funcional a las estrategias de desarrollo previamente existentes, pero el enfoque mostró ciertas debilidades al querer generar soluciones parciales a fenómenos estructuralmente complejos, y al tratar a la mujer de una manera aislada e independiente, desconociendo la importancia de las relaciones de poder, y de los conflictos existentes entre las relaciones de género. Es así como surgió, a finales de los 70´s el enfoque GED (Género en el desarrollo).

El enfoque GED, tal y como fue propuesto, parte del reconocimiento de la situación de subordinación de las mujeres dentro de las dinámicas sociales, políticas, etc, y busca generar escenarios de empoderamiento que permitan la satisfacción de las necesidades propias del género, consolidando escenarios de cambio que permitan superar desigualdades estructurales. Este enfoque ha sido sumamente útil en las reivindicaciones de derechos de las mujeres, y ha funcionado como un importante mecanismo de sostenimiento y crecimiento económico, para sociedades cuya base es la agricultura, por ejemplo, el caso del movimiento Cinturón Verde, creado en Kenia en 1977.

El enfoque GED reconoce el hecho de que las diferencias de género determinan el conocimiento y la gestión de los recursos naturales, de igual forma, entiende que el grado de afectación entre hombres y mujeres es distinto partiendo de una fuerte crítica al modelo de desarrollo dominante, que en principio debería velar por un mayor desarrollo humano, sostenible y equitativo. Frente a esto, es claro que la aplicación de políticas medio ambientales, de inversión agrícola y de participación social en el campo, funcionan de una mejor manera si se atiende al enfoque GED, entendiendo que las mujeres son más propensas y vulnerables a fenómenos como la “Feminización de la pobreza rural”, debido a que cuentan con un menor acceso a recursos productivos, menor acceso a la información, a la conformación de canales interinstitucionales y a servicios básicos.

Es claro que, debido a la importancia de las actividades diarias en áreas rurales, las mujeres tienen una relación más cercana con el uso y manejo de los recursos naturales, de igual forma existe una mayor dependencia a los mismos. Como lo mencionaba previamente, un caso exitoso dentro de la aplicación de este enfoque es el movimiento Cinturón Verde creado por el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia, quienes queriendo contrarrestar la creciente desertificación de la región, restablecer la salud del suelo y brindarle una mayor protección a sus cuencas hidrográficas, lograron consolidar estrategias sumamente valiosas tanto a nivel de protección, como a nivel de producción y autosuficiencia, convirtiéndose en un hito en materia de protección medioambiental.

Es a raíz de esto que, considero importante atender a la relevancia práctica de este enfoque, asumiendo que Colombia es un país de una cultura agrícola fuertemente marcada que debería construir escenarios de política más incluyentes para la población rural, especialmente para las mujeres rurales que se ven doblemente discriminadas, y mayormente afectadas por su condición.

Ya se han comenzado a ver esfuerzos en el caso centroamericano, donde las políticas agrícolas empezaron a ser constituidas a través de una evaluación del enfoque de género dentro de las mismas, es un avance, en principio, que debería inspirar a otros gobiernos a consolidar los canales adecuados para garantizar espacios de participación y de antemano, adaptarse a un cúmulo de exigencias que históricamente ha desconocido. Mientras tanto, nosotros en nuestro día a día, debemos visibilizar las exigencias de la mujer como un todo, no como una reclamación de un grupo en particular, pues el hecho de desconocer que existen relaciones de género desiguales nos pone en la misma posición de aquellos que redactaron la “Declaración de los Derechos del Hombre”, creyendo que también estaban vinculando las reivindicaciones exigidas por las mujeres, cuando en ningún momento fueron vistas como exigencias imperativas, sino secundarias.


Referencias externas

¿Cómo ha evolucionado el enfoque deMujeres en el Desarrollo (MED) a Género en el Desarrollo(GED)? Ver


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