Salir de la Zona de Confort

April 30, 2021
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Mujeres que Impactan Revista Level
James Wheeler
En esta transmisión de mujeres que Impactan, la joven profesional de lenguas, Johana Jaguandoy, comparte sus meditaciones acerca de lo que es alejarse del dolor al que nos solemos aferrar y hacer un cambio para mejorarnos cada día.


La experiencia humana se compone de momentos de profunda alegría, dolor e incluso ira. Y sobre estos constantes aprendizajes, se construye una persona, se forma. Esto es algo que Johana Jaguandoy, profesional en lenguas modernas y eterna estudiante, ha meditado a lo largo de los últimos años. A pesar de que es jóven, se ha enfrentado a circunstancias que le han otorgado fuertes lecciones de vida.


Una de las mayores revelaciones con la que se ha topado es el darse cuenta de que el dolor es, muchas veces, un área de confort del cual tememos salir. “Tendemos a idealizar el dolor”, explica la profesional, “nos hundimos en él y quedamos allí”. Señala el cómo este dolor se convierte en una parte de nosotros que no queremos cambiar y que, al mismo tiempo, no nos deja avanzar. 


El dolor suele ser más fuerte que cualquier otra emoción que llevas dentro de ti, es algo que llevas en un rincón de la mente cada día, algo que no puedes evadir por completo y que, por más que quieras distraerte, siempre estará allí. O es así cómo lo puedes percibir. Es entonces cuando debes preguntarte, ¿cuánto tiempo he vivido con este dolor? ¿Es este dolor el que me está impidiendo disfrutar de las experiencias buenas de la vida?


Así mismo, este dolor, muchas veces, suele ser autoinfligido. Puede nacer de una situación en particular, un trauma o momento chocante de la vida, al que luego le damos vueltas y sobre el que nos reposamos cual ranas sobre nenúfares, observando la quietud. 


Es una verdad incómoda, en realidad, darse cuenta que no avanzas por temor a experimentar nuevos dolores, pero en esto consiste la vida como la conocemos, como cada persona en el mundo ha llegado a conocer. Tal como señala Johana, “los seres humanos estamos destinados a vivir todo tipo de emociones y experiencias”. 


Pero sólo tú puedes sanar este dolor.


Tomar la iniciativa de hacer un cambio de vida, impulsarse a vivir sin este dolor, es una tarea increíblemente difícil. Siéntate a pensar, ¿sientes culpa al no continuar con este duelo? ¿sientes que abandonas una parte de tu identidad?


Por lo general, inconscientemente cargamos con pensamientos que nos limitan, con hábitos a los que ya estamos acostumbrados. Pero todo esto puede cambiarse si se quiere, sólo debemos estar dispuestos a ello. Y, muchas veces, el cambio puede ser doloroso también. “Tú eres el dueño y creador de tu destino”, afirma Johana, “eres quien decide sobre tu vida y puedes crear la realidad que deseas”.

De esta manera, la joven también resalta una frase que leyó en redes sociales; ‘no recibes lo que das, sino que recibes lo que eres’. Esto generó en ella un impacto, ya que le enseñó a vivir su afectividad no de una forma en la que se espera retribución por lo que se da, sino una verdadera responsabilidad emocional y afectiva desde la flexibilidad y autoconocimiento. 


Pues, muchas veces, damos desde dónde no tenemos, sino lo que pensamos que el otro requiere de nosotros. Entonces sucede que quedamos con un sin sabor, insatisfechos gracias a las  idealizaciones y expectativas que creamos en nuestra mente sobre cómo debe ser nuestra relación con la otra persona y lo que ésta se supone que debe retribuirnos. Pero esto nos arrebata la responsabilidad de nuestras propias emociones y el dolor que se genera al no obtener lo deseado nos cierra a conexiones de verdadero equilibrio y reciprocidad. 


“Esto no es sólo en el amor”, reflexiona la profesional en lenguas, “también puede ser con la familia, por ejemplo”. De esta manera, la forma en que Johana ha trabajado en su propio desarrollo personal es romper con aquellas limitaciones que ella misma se había creado años atrás, ya sea por complacer normas sociales, como por quedarse en su espacio de confort. 


Para hacer este viaje de autoconocimiento y desarrollo personal, hay algo que Johana resalta por encima de todo, y es que, estés o no dentro de los cánones de la sociedad, eres una persona valiosa. Ser fiel a tus valores, querer crecer y avanzar por ti a pesar de los tropiezos, es lo que te hace humano. Y eso es suficiente.


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Mujeres que Impactan Revista Level
James Wheeler
En esta transmisión de mujeres que Impactan, la joven profesional de lenguas, Johana Jaguandoy, comparte sus meditaciones acerca de lo que es alejarse del dolor al que nos solemos aferrar y hacer un cambio para mejorarnos cada día.


La experiencia humana se compone de momentos de profunda alegría, dolor e incluso ira. Y sobre estos constantes aprendizajes, se construye una persona, se forma. Esto es algo que Johana Jaguandoy, profesional en lenguas modernas y eterna estudiante, ha meditado a lo largo de los últimos años. A pesar de que es jóven, se ha enfrentado a circunstancias que le han otorgado fuertes lecciones de vida.


Una de las mayores revelaciones con la que se ha topado es el darse cuenta de que el dolor es, muchas veces, un área de confort del cual tememos salir. “Tendemos a idealizar el dolor”, explica la profesional, “nos hundimos en él y quedamos allí”. Señala el cómo este dolor se convierte en una parte de nosotros que no queremos cambiar y que, al mismo tiempo, no nos deja avanzar. 


El dolor suele ser más fuerte que cualquier otra emoción que llevas dentro de ti, es algo que llevas en un rincón de la mente cada día, algo que no puedes evadir por completo y que, por más que quieras distraerte, siempre estará allí. O es así cómo lo puedes percibir. Es entonces cuando debes preguntarte, ¿cuánto tiempo he vivido con este dolor? ¿Es este dolor el que me está impidiendo disfrutar de las experiencias buenas de la vida?


Así mismo, este dolor, muchas veces, suele ser autoinfligido. Puede nacer de una situación en particular, un trauma o momento chocante de la vida, al que luego le damos vueltas y sobre el que nos reposamos cual ranas sobre nenúfares, observando la quietud. 


Es una verdad incómoda, en realidad, darse cuenta que no avanzas por temor a experimentar nuevos dolores, pero en esto consiste la vida como la conocemos, como cada persona en el mundo ha llegado a conocer. Tal como señala Johana, “los seres humanos estamos destinados a vivir todo tipo de emociones y experiencias”. 


Pero sólo tú puedes sanar este dolor.


Tomar la iniciativa de hacer un cambio de vida, impulsarse a vivir sin este dolor, es una tarea increíblemente difícil. Siéntate a pensar, ¿sientes culpa al no continuar con este duelo? ¿sientes que abandonas una parte de tu identidad?


Por lo general, inconscientemente cargamos con pensamientos que nos limitan, con hábitos a los que ya estamos acostumbrados. Pero todo esto puede cambiarse si se quiere, sólo debemos estar dispuestos a ello. Y, muchas veces, el cambio puede ser doloroso también. “Tú eres el dueño y creador de tu destino”, afirma Johana, “eres quien decide sobre tu vida y puedes crear la realidad que deseas”.

De esta manera, la joven también resalta una frase que leyó en redes sociales; ‘no recibes lo que das, sino que recibes lo que eres’. Esto generó en ella un impacto, ya que le enseñó a vivir su afectividad no de una forma en la que se espera retribución por lo que se da, sino una verdadera responsabilidad emocional y afectiva desde la flexibilidad y autoconocimiento. 


Pues, muchas veces, damos desde dónde no tenemos, sino lo que pensamos que el otro requiere de nosotros. Entonces sucede que quedamos con un sin sabor, insatisfechos gracias a las  idealizaciones y expectativas que creamos en nuestra mente sobre cómo debe ser nuestra relación con la otra persona y lo que ésta se supone que debe retribuirnos. Pero esto nos arrebata la responsabilidad de nuestras propias emociones y el dolor que se genera al no obtener lo deseado nos cierra a conexiones de verdadero equilibrio y reciprocidad. 


“Esto no es sólo en el amor”, reflexiona la profesional en lenguas, “también puede ser con la familia, por ejemplo”. De esta manera, la forma en que Johana ha trabajado en su propio desarrollo personal es romper con aquellas limitaciones que ella misma se había creado años atrás, ya sea por complacer normas sociales, como por quedarse en su espacio de confort. 


Para hacer este viaje de autoconocimiento y desarrollo personal, hay algo que Johana resalta por encima de todo, y es que, estés o no dentro de los cánones de la sociedad, eres una persona valiosa. Ser fiel a tus valores, querer crecer y avanzar por ti a pesar de los tropiezos, es lo que te hace humano. Y eso es suficiente.


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